jueves, 28 de agosto de 2008

EDITORIAL




Enorme Catafau, Inmenso Guille.


Es cierto lo que me dices capullito, mientras se deshiela modernamente el blanco refrigerador: es infantil seguir recordando la época en que Guille y el resto jugamos en Catafau.
Es infantil y quizás idiota, claro, perfecto, entendido, todos sabemos los nombres de todos los emperadores romanos y sus dietas, seguro.
Además y no es menor, existe la duda razonble si existió o si existe, alguien aparte de nosotros -los propios jugadores de Catafau- que recuerde al equipo, cualquier cosa, su camiseta siempre negra, el pantalón mayormente azul, las calcetas optativas, detalles al fin y al cabo!, cualquier cosita, la fosforecencia de las manos enguantadas de Guille, el portero, el núcleo... místico.
Quizás los árbitros de los pocos campeonatos en que alcanzamos a participar se despierten mañana recordando cosas de nosotros porque sí, quién cresta sabe?, cosas extrañas, por qué no?, rebotes o palabras absurdas, pues qué recuerda un árbitro de los partidos sino absurdos y cosas olvidadas por todo el resto, especialmente por los jugadores?
Todo un campo a explorar: la psicología arbitral…
Por supuesto, el equipito nuestro perdió más que empató o ganó.
Sería interesante tener las estadísticas exactas, trabajo de utilería.
Sería interesante para otros, no para nosotros ‘los Encarnados’.
Yo cada cierto tiempo me pregunto si nos hicimos amigos dentro de la cancha o lo éramos antes de formar el equipo.
Ciertamente desconocidos no éramos, pero nunca tuvimos una de esas amistades de conversar y conversar.
Tampoco vivimos cosas juntos aparte del equipo, quizás teníamos puntos de vista no tan incompatibles.
Sí éramos compañeros de curso, pero…bueno, el fútbol es el fútbol, especialmente cuando es baby-fútbol….
Este blog está hecho para hablar de Catafau, equipo formado en torno a su arquero Guille.
A partir de eso, los distintos corresponsales destacados en diferentes puntos del orbe escribirán de lo que les plazca, al menos una vez cada semana.
Eso sí: siempre se escribirá intentando mantener un tono acorde al tono tutelar de quien da nombre al blog, hombre ante todo sencillo, sin asperezas, sin genuflexiones, quien nos hace pensar y danzar en torno a la frase bendita que nos inspira: El Mundo es un Guille.

Braulio Musso.