lunes, 29 de junio de 2009

Eric Cantona Y Ken Loach






Periodista: ‘Looking for Eric’ hace el elogio del colectivo y del intercambio, tanto a nivel social como futbolístico. Por qué haber elegido el motivo del pase como motivo principal?

Ken Loach: La película se inicia con la frase: ‘Todo ha comenzado por un pase de Eric Cantona’. La película ha nacido de su deseo. Fue él quien me ha venido a ver. Al comienzo, yo he pensado que era una broma. La idea era hacer un film sobre su relación con los hinchas. Si tú partes de allí, aquello puede rápidamente volverse cliché. Nosotros hemos discutido mucho, y para evitar esta trampa, hemos partido de algo más específico: Eric Bishop, el personaje principal. Un hombre perdido que devela sus derrotas a Eric Cantona, en un diálogo salido de la imaginación.

Eric Cantona: Ken, aunque él esté detrás de la cámara, provoca muchas cosas sobre el escenario al momento de grabar: un espíritu de equipo, una complicidad construida a través los años. En el rodaje, no se actúa solo, se debe estar en constante reacción, como en la cancha. El placer de hacer un pase a un jugador que anota, es una forma de generosidad y de confianza en el otro que se reencuentra entre los actores.

Periodista: El personaje principal sufre por deshacerse de un pasado que le atormenta. En tanto artistas, cómo manejan ustedes el peso de los años?

Eric Cantona: Yo he vivido cosas tan intensas en el fútbol... Yo podría encontrarme prisionero de la nostalgia... Por supuesto, yo me vuelvo cada cierto tiempo sobre mi pasado... pero, muy temprano, yo he intentado anticipar en mi mente mi retiro futbolístico, ese fin de las subidas de adrenalina cada semana. La solución es desarrollar otras pasiones, de permanecer constantemente en la creación.

Ken Loach: Es necesario vivir en un estado de insatisfacción permanente, si no no se puede trabajar más. No se trata de estar o no orgulloso del propio trabajo, se trata de ir adelante. El día donde tú miras atrás, ya estás pronto a retroceder. Eric Bishop no ha logrado convertirse en un verdadero padre y no ha sabido digerir su pasado de joven-adulto. Se ha quedado siendo un niño que va al fútbol, anda con sus amigos y se emborracha. Todo alrededor de él se deshace y él no puede darse cuenta a medida que decae. Su ángel guardián, encarnado por Cantona, dice eso que Bishop sabe inconscientemente, pero que no es capaz de formular.

Periodista: El film funciona como un muestrario de vuestros mejores momentos: los gestos y las frases que más han marcado a Eric, temas y personajes de predilección para Ken (fragilidad adolescente, solidaridad proletaria, mutaciones socio-económicas del Reino Unido...). qué es aquello que les atrae de cada uno en el otro?

Eric Cantona: Hay ciertos directores donde tú miras una película que te da ganas de ver todos sus otros films. Ken es de aquellos. Yo reencuentro en sus películas una parte de mí, a eso que yo aspiro. Yo creo que hay tantas obras como hay observadores. Si yo aprecio a Ken y a sus obras, es por la misma razón que me ha hecho partir a Inglaterra. Había allá cierta cosa que yo no tenía y que yo he encontrado más allá de mis esperanzas. Todo eso es muy coherente.

Ken Loach: Eric ha puesto mucho se sí mismo en su fútbol, creatividad, audacia, pasión. Otros jugadores talentosísimos no comunican esta impronta en la cancha. Fuimos a ver un partido juntos, la reacción de la gente alrededor era extraordinaria. No solamente porque él ha sido un gran jugador, sino porque ellos tenían una percepción de él como persona humana entera y cabal. Fue muy emocionante. Hay un paralelo entre el juego de Cantona en la cancha y su actuación en el rodaje. Yo pienso que alguien que sabe naturalmente esperar un pase sabe dar la respuesta exacta en el diálogo. Es necesario esperar el buen momento para responder a aquél con quien tú actúas, encontrar el buen tiempo. El peligro es hacer mucho para lograr eso. Si tú hablas con los actores, aquello mata la espontaneidad de su participación. Aquello debe ser instintivo.

Periodista: ‘Looking for Eric’ enarbola un balance matizado del estado del fútbol, en plena deriva mercantil, casi mafiosa. Según ustedes, este deporte atraviesa un mal momento?

Ken Loach: El fútbol ha cambiado mucho desde que oligarcas rusos lo han comprado. Esa gente de negocios no son desde ningún punto de vista gente del fútbol. La dimensión popular del fútbol desaparace. Es triste.

Eric Cantona: El dinero dentro del fútbol ha hecho más daño a los hinchas que a los jugadores. El placer del juego, de ganar títulos, se mantiene aún en los jugadores. Al contrario, muchos hinchas viniendo de medios populares no pueden ir a ver los partidos. Los estadios se agrandan y el precio aumenta cada año. Es una evolución que no va en el buen sentido.

Periodista: Eric, usted realiza aquí el rol de un entrenador íntimo y fantasmal. Pasar la antorcha volviéndose, por ejemplo, entrenador, es algo que le tienta?

Eric Cantona: Es realmente duro ser entrenador en este momento. Si un día yo decido serlo, necesitaré que haya esa pasión que permite hacer sacrificios. Jugador, yo tenía algunas veces ganas de no acostarme a las diez de la noche, de comer pizzas o una paella, pero mi pasión era tan intensa que yo sobrepasaba todo eso. Convertirse en entrenador, por qué no?, pero a condición de poder aportar algo nuevo, de inventar, de crear.

Ken Loach: Eric tiene el tipo de un entrenador. El tiene todas las cualidades, sobre todo humanas, para construir un equipo. Sin embargo hoy día, ser un entrenador es exponerse a injurias terribles todos los sábados. Nosotros que hacemos películas, arriesgamos solamente malas críticas, y eso, una vez por año.

Entrevista realizada por Etienne Rouillon y Auréliano Tonet, aparecida en la revista ‘Trois Couleurs’, el número 71 de mayo de este año 2009, página 23.
La traducción es libremente brutal, pero utópica.

Braulio Musso

lunes, 22 de junio de 2009

Portugal





Se habla poco de Portugal desde los países que se autoproclaman super potencias.
Los portaviones y la prepotencia primaria no se fatigan, ellos van a seguir con el bombo martillando.
En la biblia ya había mujeres construidas desde el puro capricho, hombres de criminalidad arrogante, descripción de árboles, piedras ignoradas.
Imagino que conocer Porto es conocer El Puerto, de vida indestructible, de residuos industriales, peces maduros.
El desprecio personal es distinto al desprecio militar.
Francis Bacon el pintor, fue a Portugal?
Hay mil maneras de estropear un día, muchas de echarse perfume.
Me regalarán un libro sobre el Zen, qué haré con él?
Mejor por San Ramón pasear, contraviniendo las publicaciones de extrema derecha.
No se trata de veranear, se trata de no menospreciar.
Todos fuimos idiotas cuando niños, pero se trata de no decir más estupideces clasistas ahora que pronto nos acabaremos junto a todos.
Nuestras vidas van siguiendo un rumbo a interpretar.
Cuando aún no era común comer pizza y menos en un día laboral de semana, una vecina nos invitó a comer.
Estaba su madre y su abuela.
El padre se había marchado a establecerse junto a otros.
Los hombres también jugaban al Luche, a veces.
Portugal es un poco ese juego, el recuerdo de él.
Rutas pequeñas hacia Portugal nos alegrarán las uñas y el corazón.
Corazones alegres siempre podrán alegrarse más.
Los cardiólogos no temen hablar del Corazón.
Cardiólogos portugueses.

Braulio Musso

lunes, 15 de junio de 2009

Algunos hablan de revoluciones






Irán los brazos a perderse a otros países, no serán abrazos, quizás.
La hambruna es mundial, es personal, y algunos hablan de revoluciones en el cóctel de un hotel aparentemente conservador.
Gimoteos, ‘lágrimas de cocodrilo’, propaganda salival.
Se permiten denostar el discurso de la presidenta, lo cual me obliga por momentos a no denostarlos a ellos.
Los miro fijo y digo algo.
Todo eso también es un espectáculo y no debería afectarnos ni un ápice (extraña palabra).
Qué debería afectarnos entonces?
No lo sé y nunca lo supe. Ellos dicen saberlo.
El único agrado es ver a la presidenta y quizás a Jorge Pizarro, al ministro apellidado Velasco.
Tienen actitudes decorosas, me inspiran confianza, no están alegres, no nos exigen que nuestras vidas personales sean mejores que la vida política donde ellos se mueven y empantanan.
Los Gimoteadores del cóctel le exigen a la vida política de un lejano país que no sea mediocre como son sus vidas íntimas, como su actitud espiritual representada en un descaro infantil, mientras se tragan los trocitos de jamón.
El decorado siempre es dudoso.
Los micrófonos son un invento de quién?
Finalmente estamos con la misma ropa y con distintas ideas.
Escucho canciones del nuevo de Dylan. Está justificada la ignominia, sigan, existe ese disco al menos y fue hecho en este año, ahora, en esta época donde vivimos.
Una canción se llama ‘La Vida es Dura’, en inglés, ja.
Pensaría en el vagabundo asiático que duerme cerca de la estatua de Montaigne, pensaría en su alimentación orgánica, por momentos.
Cada vez hay más sin-casa asiáticos.
No piden dinero, coleccionan diarios.
El sistema de transporte nos hace olvidarles.

Braulio Musso

lunes, 8 de junio de 2009

Teatro Rupturista, Estático







Almorzando, día nublado...


1- Oye, estamos en un mundo donde organizaciones de cooperación necesarias como la Unesco, no le pagan a personas que hacen su ‘práctica’ trabajando en ellas, pero sí pagan millones de millones para ser la publicidad en la camiseta por ej. del Barcelona...

2- Nunca me he fijado en la publicidad de la camiseta del Barcelona...

1- Fíjate... son contratos millonarios... está todo al revés. Y no es que quiera hablar de fútbol...

2- Está bien. Me pasas a don Mutardo?

1- Claro.



Arriba de un bus tras pagar cada uno su boleto, días después y nublado eternamente...


1- Hey, mira... ves a ese tipo con la polera del Barcelona allá?

2- Sí, ah! Oh!

1- Lo que te decía de la Unesco mientras digeríamos Soya de Chernobyl el otro día...

2- ... pero ahí dice Unicef.

1- ...

2- Dice claramente Unicef... Unicef, parecido a Unisex...

1- Es cierto...

2- Qué significa Unicef?

1- Eh...

2- (Con cansancio biológico) No dice Unesco, dice Unicef...

1- Sí... tienes razón...



FIN
Braulio Musso

lunes, 1 de junio de 2009

El Año 1985






En los días y especialmente en las noches posteriores al terremoto del 85 nos dimos el tiempo de escuchar y de mirar el vuelo de las aves, el cielo, la luz decayendo, los familiares, los ruidos leves a distancia.
A veces pienso qué hacían en ese tiempo todos los jazzistas, boxeadores, escritores, rockeros que venían de vuelta de los 70, vidas anónimas o abandonadas tras el fugaz reconocimiento.
Ahora leo por ej. que el 85 fue un año más bien oscuro para Dylan.
No tengo casi recuerdos diferenciados de todo ese periodo tras el terremoto (eso a veces no es malo...)
Había que seguir andando en bicicleta y tomando leche, dos cosas que se acabaron en la edad donde surgen los problemas ‘existenciales’, ja.
Toda la muerte que vimos por televisión y una portada de diario mostrando un cadáver de alguien en calzoncillos muerto en su siesta, nos era difícil relacionarlas con la fuerza de la tierra que nos había atemorizado sin tragedia.
Un día en medio de los juegos pensé: estamos en el año 1985, todo el planeta está en 1985.
El abuelo más querido de los cuatro había muerto dos años antes, tras una fulminante enfermedad.
No sé si es realmente el más querido por haber muerto el primero, en una edad propia fácil de idealizar (creo que no... que no es únicamente por eso).
Pronto alguien escribiría en un muro cerca de la casa de tía Cristina, oh, en Estación Central:
‘Santo Padre: llevatelo’.
El Fino Toro estaba en esa misma esquina cuando tendría que haber estado jugando por Magallanes en Santa Laura a esa hora, tres de la tarde de esos domingos que no dulcificaré sino en mi interior improbable.
PS. Mi prima atendía una biblioteca popular ahí cerca, oh.

Braulio Musso