lunes, 26 de septiembre de 2011

Hasta los Caldos




Con qué estilo bendito y pegajoso amaré en palabras el olor dulce de algunos hogares, olor surgido de la mezcla entre la cera y las comidas logradas, desde Don Sofrito hasta los Caldos?
Se abren esas puertas y el olor nos trae empapelado el corazón de nuestro mundo, goteando.
En un segundo tenemos de vuelta todos los bolsos tenidos, todos los pantalones, en un segundo todas las colaciones que nos hicieron y que hicimos, los cuadernos, sus forros, los gestos, los cortes de pelo superpuestos, en un segundo todas las palabras chocando contra los dientes, saliendo y entrando, las láminas, en una sola de nuestras manos.
No es puramente narcisista quien toma en serio y en broma su propia infancia porque ésta se le aparece sin más; no es real la imagen de sí mismo que sobreviene tras palabras violentas de dulzor y lucha, la abnegación. Diría que algunos salvan vidas, otros sus infancias. 'Pasma' decía Alone al comienzo de los párrafos. 'Pasma' quizás a algunos la diferencia entre ambos casos.
Es bello que aquellos que desde sus palabras hablaron de justicia en los tiempos de total indiferencia y confusión, es bello y más que bello que ellos se callen por completo cuando las pretendidas revoluciones estén de moda y cuando hasta las emociones estén bajo la lupa de los censores revolucionarios actuales que envejecen sin reconocerlo, insultando sin posibilidad de respuesta.
Varían las razones entre nosotros y entre ellos, entre todos, para no sentirnos parte, para ser anacrónicos de choque, humoristas familiares, con carnets de JONASA y con olor a nada, riéndonos por decir 'Trauko Epistemológico' al genio maligno Cartesiano. Razones de ausencia, razones de sobreanálisis, razones de fruta, razones de La Vega, razones de ser Contreras, de querer la derrota, razones de batido del pescado frito, razones de las razones, razón de no haber podido asimilar realmente el triunfo electoral derechista, etc...
Siempre habrán carros vacíos donde saltar. Canciones que son la única discontinuidad permitida al Tiempo.
Así, Arnaldo 'Checho' Hendrix nos dice que estamos equivocados (con gestos obscenos).
Lo abrazamos sin recato, él nos gualetea las mejillas.
No paga su cuenta, se aleja sin disimulo cuando le insistimos sobre las diferencias evidentes entre las Coaliciones, que justamente este momento paradójico las muestra con nitidez, en respuesta vocifera algo en coreano, idioma que acaba de dominar gracias a clases por correspondencia.
Le vemos ahora corriendo apresurado por el parque recién lustrado, se vuelve y nos dedica un último gesto situado y preciso.
Fin.
Pd. Lo queremos, lo amamos, pero no nos gusta.