lunes, 21 de noviembre de 2011

No te pide nada, creo



Hasta lo que sé, Bob Dylan no te pide nada, no pide nada.
Si no te gusta no es precisamente su culpa, 'Sugar Baby', ternura y desdén en el espíritu, ternura y desdén y no necesariamente simpatía; aunque no te diga nada o casi nada, el Mundo sigue sin que entendamos mucho, tampoco es una amenaza, no, mal por ti, mal por Isaac, mal por todos, pero qué podría hacerse?
Para albergar al mismo tiempo y con intensidad indecible, Ternura y Desdén, oh, el espíritu, tan pequeño y tan llegador, tan fácil lo hace, con un tesón que se mofa, de nuevo y con amor, del esfuerzo, oh!
Sólo albergar eso si se puede, si estamos en eso, en ese tipo de... experiencias y vientos.
Qué espíritu, qué grandioso acto secreto muere siempre porque prefiere ser cotidiano y simple y noble, oh!
Sin embargo hay una interrupción y hay risas como grabadas... Es Jacinto 'Canuto' Riquelme, el Rey vacante y Bacante en ejercicio del Sin Embargo en el Sin Embargo; irrumpe y brinda con Antillanca y un libro de Oscar Castro (voz calma y alta eso sí, ojo) :
'La afectividad no se desarrolla a golpes esporádicos de emotividad (carraspeo breve y obsesivo en la trascripción...) y luego mil siglos de desdén y de sobrevalorados dígitos, así no funciona la cosa. La gente parece loca y mezquina cuando conmovida por la muerte y por la tragedia saca conclusiones sobre la vida. En el fondo lo que demuestran es que viven unilateralmente, creyendo y haciendo todo por excluir el dolor, la dificultad y la muerte de sus minutos. Falso jolgorio, falsa satisfacción son las consecuencias, pero da lo mismo, pues parece que todo vuelve sobre sus goznes y sin provecho'.
Estar fuera, pero totalmente fuera de circulación y llegar al centro de algunas personas; el estado de un libro que nadie lee, menos su autor.
No hay sectas, hay ríos y hay pensamientos.
Volver al punto donde no importa dónde estamos, aquí allá acá, sería una suerte de paz si la palabra paz no tuviera tantas responsabilidades, connotaciones.
Frente a un mesón, definitivamente, con carpetas rodeándolo todo, como si fueran bares y botellas y voces que nos invitan y aíslan, pero en una calidez definitiva, breve.
Lemas a favor de la lectura en los muros de la ciudad que no sabrán aniquilar, pero lo importante no es leer si no qué se lee.
No es como amar. Todo lo importante se consume, y nuestro creciente esoterismo es espacio de duda y no comercio global ni cremas para el cuerpo.
Todos se retratan 'en cuerpo y en alma' sin que se les pida, entonces... qué hay para ser agregado?
'Patillas' decía un profesor; él tiene que estar bien, en un departamento obsequiado por su prole.
Examinar una estufa, cambiar enchufes, un vaso de cerveza, abstracciones a las que tratamos de 'Ud.', días realmente vividos y no apilados.