lunes, 20 de febrero de 2012

El ámbito tiritando





Oh Amigos: vuestra visita nocturna me ha dejado puesto, en la bruma enanchada de mi espíritu elástico.
Se abre todo con presencias así, lo cual es muy pertinente en la esfera particular.
Es una alegría; una generosidad sin continuación, pues además la hora es de cierre.
Queda el ámbito tiritando suspendido, maravillado.
Suspendido el Tiempo de nuevo, oh, con un conocido extremo visible cuando anhelo y tristeza se preparaban a enfrentar las fiestas asignadas y otro totalmente distinto: la total confianza, total quietud, gigantescas.
Van ahora ustedes moviéndose dentro de esta ciudad subvalorada, de esta ciudad real.
Los despreciadores, los que tienen maquetas en las axilas, no creen en el corazón centímetros bajo el río del centro de la ciudad. Nadie sabe qué pasó con ellos, quién les amoldó las ideas tan calcadas, tan rabiosas en la inteligencia usada como infertilidad pretenciosa, charlatanería que ni intenta ser al menos graciosa.
Pero recordamos juntos, ahora, hace poco, los exhabruptos cómicos de las palabras, arropamos el sentido de..., no sé, de amor, de amor contenido en todo eso.
Nuestros estómagos también fueron tocados por vuestra cuota sabia de dulzura, glaceados que matizan lo sólido.
Esto que parece hacerse público no afecta la hermandad, al fin real.
Pronto dormir será seguir viviendo.
Todos los egos van contando chistes y recomendando canciones.
Hoy funcionó.