miércoles, 30 de mayo de 2012

Comunas donde se sigue vendiendo arena.


   Ahí están los textos, gracias Imprenta, ahí nuestras orejas, gracias Dios, escuchando palabras en la calle o arriba de buses intercomunales, Glorias y no sólo glorietas. Comunas donde se sigue vendiendo arena y materiales de construcción, en patios que quedan incrustados dentro nuestro. (En otras vidas, Areneros fueron Nómades de la amistad). La gente despierta desde las cinco, seis de la mañana, siluetas siguiendo el hilo de las veredas, neblina del Poniente. Rondines, estudiantes, con chapa o sin ella. En lo que concierne a los textos, breves brevísimas ideas por favor, como tiene que ser: sólo los emotivos pueden entender en su mérito a Descartes. Aparecen libros ganando dinero fácil sobre cómo denigrar a René (La verguenza es cara?). Es la misma historia de siempre; resumen: los artistas odian el fútbol, los inteligentes no pierden el tiempo en sin-razones grupales. Los racionales deben quedarse en sus corduras, los sentimentales deben sentir sintiendo sentimientos, compartimentos, casillas (Entonces quién es el fome, el esquemático, Santa Rita tapa rosca?). Pero por suerte, muchos razonan y luego o antes se emocionan y van al fútbol y luego reflexionan largo sobre algo y así la unilateralidad pierde. En lo que concierne a las palabras escuchadas: son tarareos muchas veces. José Feliciano, de lo poco que logro captar. Alguien que lo logró, llegar a otros y durar en ellos, mientras sostienen portones o cierran ventanas lentamente como si no quisieran cerrarlas, en Mayo, oh.