viernes, 11 de abril de 2014

El que escribe no se duerme, o no debería. Quien lee puede así inducir su sueño. La suspensión de la verdad es un lujo que se dan los turistas y los que viven como turistas. Detener un corazón es una labor múltiple. Quien hace chistes raramente se siente comprometido con reír de los chistes de los demás. Menospreciar hacia afuera la propia profesión es creer realmente que es lo que uno tenía que hacer en este tipo mínimo de vida. Hay que seguir hablando de marcianos porque ya casi nadie habla de marcianos ni de Marte. El frío, el calor de un marciano, de una marciana, no se comentan, son secretos de estado, secretos familiares. Salas de clase vacías, los maestros de sí mismos tendrán que reconvertirse en futbolistas o guardias. Chaquetas de cuero te obligarán a comprar una moto. Luego el frío, el viento helado de un día soleado, más un hombre mayor enfermo frente al mar en una reposera, alguien sano tendría whisky y muecas. Suerte para los castores, las calculadoras y los celulares son desechables. Los cohetes inalcanzables donde viajan los que se conocen hace siglos.