viernes, 4 de septiembre de 2015

Tuve frases, tengo frases, ¿y qué? Otros días la torpeza destruye caras. Esgrimir que no hubo compañeras de curso, pero a qué juez, a qué jueza? Creíste en todo lo intermedio y así nadie surfea el mal humor propio ni ajeno. Los otros actuaban como si poseyeran verdades reveladas, lo decían y superaban a los "buenos", a los "inteligentes". Hablando de algo se habla de muchas otras cosas, ese era el gancho minoritario, ahí residían las verdades, era tan claro, todos los Viejos Grandes lo decían. Estaba bien, pero eso no marcaba puntos, menos ahora. Otros jugaron jockey o vivieron apresurados por las amistades, nosotros imaginamos campañas. Ahora despuntan los árboles, despunta la muerte. Mientras días maravillosos quedan en los estómagos de los que recordarán demasiado la infancia plena. La cima del árbol es más que un símbolo, subyuga los ojos y prepara la emoción. Entremedio mil cosas, efectivamente nuestras.