viernes, 11 de diciembre de 2015

Todo esto de los horóscopos es un viejo chiste que no carece de profundidad. Es como el tema de creer o no en Dios; es íntimo, pero igual lo preguntan como si fuera a ser despachado en un par de sonidos. Chistes del cerebro, muy distintos a los chistes del espíritu, coincidiendo apenas en el raspe de los Eximios. O yo lo quise entender así al traducir en las horas de Transparencia. Antes de entrar a un río circundas ese río, ¿no?, salvo en el Amor donde no hay borde, menos al inicio. Luego puedes tomar fotos, poner la mesa, lustrar lo que sea, recordar, oler! Y El Tiempo siendo, siguiendo, uno creyendo que es este Bicho el que dispone y dirige lo principal. ¿Y qué cambia de considerarlo así? Cambian las posibilidades. Pero como muchas de ellas no se realizan, no vemos la importancia de ver Algo desde otro Todo, desde otra pretensión total, general. La fragmentación pide su contrario, le diría a los editorialistas. Vamos y no vamos a comprar el pan dentro de tal relación. Y así vamos al resto de los aspectos que se logra querer como propios, como universales, existentes. Pd. Le digo a Ulises que no tenga miedo del Universo oscuro e inmenso. Le digo tras embarrarla: la vida está dentro de ese Universo, ha crecido en este Universo y en otros que quizás pronto se mostrarán.