Vuelvo a pensar en el equipo, en quienes formamos parte de él, en los detalles.
Le gano al propio olvido (que siempre tiene tantas ‘buenas’ razones de existir) y recuerdo emocionado:
lo que nos consolidó verdaderamente como grupo no fue tanto el campeonato de ex-alumnos ni los partidos contra los ‘buenos para la pelota’ del curso.
Lo que hizo de Catafau algo, Nosotros, fueron los partidos amistosos contra el Glorioso Equipo de Profesores del Colegio donde Los Prisioneros tocaron en sus inicios.
Es cierto: el Glorioso venía en picada, su época dorada (los 80) se había acabado, sus valores permanecían –en general, salvo Pedro Guzmán- , pero disminuidos en lo físico y en lo anímico ( como los penosos 70 de la U tras El Ballet ) .
Nunca hay demasiados cronistas (sí está lleno de electricistas): alguien debería arrimarse a contar la historia completa del Equipo Glorioso de Profesores de Baby-Fútbol del Imlp.
Yo sólo voy a opinar (desde fuera y sin todos los datos a la mano, como es sagrada costumbre) que hay un hecho a comienzos de los 90 que gatilla su decadencia:
sufriendo una lesión que le impide seguir siendo el portero, Carlos ‘Zaracho’ Inostroza se convierte en jugador de campo, las más de las veces como delantero.
Hay equipos que reaccionan bien a los cambios, otros se desmoronan y no hayan nunca más un patrón de juego. Nuestros VarioPintos Maestros entran en la segunda y terrible opción.
Alcancé a ver jugar a Carlos (lo tuteo pues luego fuimos colegas y ... Compañeros de Equipo...) en su puesto de origen: seguro de manos, llegaba bien arriba y abajo, jugaba más bien pegado a la línea límite del área lo que le permitía anticipar o apurar a los delanteros rivales.
Resumen: te transmitía seguridad, ‘ganaba partidos’.
Cuando él salió del arco, todo se descompaginó.
Es curioso: algo parecido nos pasó a Nosotros cuando Guille salió del arco (con la diferencia que Don Guillermo no mostró nunca un nivel solvente, pero bueno... ya llegaremos al caso de nuestro héroe que hoy pasa sus tardes gimoteando y ‘Tomando Onces’, arropado, en las Oficinas Del Poder).
Cuando nosotros comenzamos a enfrentarlos el 93-94, ellos jugaron con:
Arquero: Hector Farías, (Física).
Defensas: Lizandro Painemal (Química), Juan Rondón (Artes Plásticas, no Visuales)
Delanteros: Manuel Villavicencio (Q.E.P.D) (Historia) y el susodicho, Inostroza (Ed. Física).
Ellos competían en el Campeonato de Apoderados (del cual habían salido campeones varias veces en los 70 y 80s) y nosotros en aquel de los ex-alumnos.
Nosotros hacíamos esgrima de la siguiente manera: Guille al arco (guantes dudosos, en todo sentido), defensas Cea y Márquez, fantasmeando arriba, prendiendo chispitas y nunca antorchas, Erranz y Genovés Boggiano Oggero.
Los partidos, que habrán sido en total unos cinco o seis, los dominamos casi siempre y los ganamos todos.
No sé mis compañeros (nunca uno estaba, está o estará seguro de ellos) , pero yo admiraba especialmente a Villavicencio y en menor medida a Painemal y a Inostroza..
De hecho creo que la buena relación con el primero permitió la realización, a veces improvisada, de los partidos.
Y era justamente él aquel que nos ponía más problemas en el juego con su movilidad y su fuerza, su negativa -a veces rabiosa- a perder, su aprecio hacia sí mismo y hacia los suyos, su generosidad encubierta por la tosudez.
Queda para sonreirnos por siempre la jugada estratégica típica de Painemal: corner de Rondón o Inostroza y don Lizandro que comienza a correr desde atrás (casi desde la mitad de cancha y gritando...) para llegar a toda velocidad a cabecear.
El cabezazo siempre se produjo, la tapada de Don Guille no.
La jugada se repetía tres, cuatro veces por partido.
Era todo un espectáculo que uno se olvidaba de marcar.
En esos partidos, en el trámite de aquellos partidos, en el Bello Momento de esos desplazamientos, nuestra velocidad de tipos de 16 o 17 años superaba a lo que les quedaba de juego asociado a los Gloriosos.
También influía que Genovés Oggero era jugador de amistoso y no de partido oficial, así es que ahí hacía unos pocos goles que luego no había cómo anotara por los puntos.
El caso anecdótico era el del arquero de los Profesores, Farías: recién llegado al Colegio se estaba estrenando en esos partidos y a todas luces, no manejaba el puesto.
Atajaba con la cara, no ponía las manos; Erranz le disparó a quemarropa varias veces dejando, de manera dramática, enrojecidas las mejillas de Héctor, quién se retiró de los Glorias poco tiempo después por ese y otros motivos.
Jugábamos en el Gimnasio inaugurado el 86.
El piso de madera era resbalozo.
Jugábamos y yo miraba la luz que entraba por los angostos, pero numerosos ventanales.
Esos partidos y esos Gloriosos hicieron de Catafau Algo, Alguna Cosa, Nosotros.
Le gano al propio olvido (que siempre tiene tantas ‘buenas’ razones de existir) y recuerdo emocionado:
lo que nos consolidó verdaderamente como grupo no fue tanto el campeonato de ex-alumnos ni los partidos contra los ‘buenos para la pelota’ del curso.
Lo que hizo de Catafau algo, Nosotros, fueron los partidos amistosos contra el Glorioso Equipo de Profesores del Colegio donde Los Prisioneros tocaron en sus inicios.
Es cierto: el Glorioso venía en picada, su época dorada (los 80) se había acabado, sus valores permanecían –en general, salvo Pedro Guzmán- , pero disminuidos en lo físico y en lo anímico ( como los penosos 70 de la U tras El Ballet ) .
Nunca hay demasiados cronistas (sí está lleno de electricistas): alguien debería arrimarse a contar la historia completa del Equipo Glorioso de Profesores de Baby-Fútbol del Imlp.
Yo sólo voy a opinar (desde fuera y sin todos los datos a la mano, como es sagrada costumbre) que hay un hecho a comienzos de los 90 que gatilla su decadencia:
sufriendo una lesión que le impide seguir siendo el portero, Carlos ‘Zaracho’ Inostroza se convierte en jugador de campo, las más de las veces como delantero.
Hay equipos que reaccionan bien a los cambios, otros se desmoronan y no hayan nunca más un patrón de juego. Nuestros VarioPintos Maestros entran en la segunda y terrible opción.
Alcancé a ver jugar a Carlos (lo tuteo pues luego fuimos colegas y ... Compañeros de Equipo...) en su puesto de origen: seguro de manos, llegaba bien arriba y abajo, jugaba más bien pegado a la línea límite del área lo que le permitía anticipar o apurar a los delanteros rivales.
Resumen: te transmitía seguridad, ‘ganaba partidos’.
Cuando él salió del arco, todo se descompaginó.
Es curioso: algo parecido nos pasó a Nosotros cuando Guille salió del arco (con la diferencia que Don Guillermo no mostró nunca un nivel solvente, pero bueno... ya llegaremos al caso de nuestro héroe que hoy pasa sus tardes gimoteando y ‘Tomando Onces’, arropado, en las Oficinas Del Poder).
Cuando nosotros comenzamos a enfrentarlos el 93-94, ellos jugaron con:
Arquero: Hector Farías, (Física).
Defensas: Lizandro Painemal (Química), Juan Rondón (Artes Plásticas, no Visuales)
Delanteros: Manuel Villavicencio (Q.E.P.D) (Historia) y el susodicho, Inostroza (Ed. Física).
Ellos competían en el Campeonato de Apoderados (del cual habían salido campeones varias veces en los 70 y 80s) y nosotros en aquel de los ex-alumnos.
Nosotros hacíamos esgrima de la siguiente manera: Guille al arco (guantes dudosos, en todo sentido), defensas Cea y Márquez, fantasmeando arriba, prendiendo chispitas y nunca antorchas, Erranz y Genovés Boggiano Oggero.
Los partidos, que habrán sido en total unos cinco o seis, los dominamos casi siempre y los ganamos todos.
No sé mis compañeros (nunca uno estaba, está o estará seguro de ellos) , pero yo admiraba especialmente a Villavicencio y en menor medida a Painemal y a Inostroza..
De hecho creo que la buena relación con el primero permitió la realización, a veces improvisada, de los partidos.
Y era justamente él aquel que nos ponía más problemas en el juego con su movilidad y su fuerza, su negativa -a veces rabiosa- a perder, su aprecio hacia sí mismo y hacia los suyos, su generosidad encubierta por la tosudez.
Queda para sonreirnos por siempre la jugada estratégica típica de Painemal: corner de Rondón o Inostroza y don Lizandro que comienza a correr desde atrás (casi desde la mitad de cancha y gritando...) para llegar a toda velocidad a cabecear.
El cabezazo siempre se produjo, la tapada de Don Guille no.
La jugada se repetía tres, cuatro veces por partido.
Era todo un espectáculo que uno se olvidaba de marcar.
En esos partidos, en el trámite de aquellos partidos, en el Bello Momento de esos desplazamientos, nuestra velocidad de tipos de 16 o 17 años superaba a lo que les quedaba de juego asociado a los Gloriosos.
También influía que Genovés Oggero era jugador de amistoso y no de partido oficial, así es que ahí hacía unos pocos goles que luego no había cómo anotara por los puntos.
El caso anecdótico era el del arquero de los Profesores, Farías: recién llegado al Colegio se estaba estrenando en esos partidos y a todas luces, no manejaba el puesto.
Atajaba con la cara, no ponía las manos; Erranz le disparó a quemarropa varias veces dejando, de manera dramática, enrojecidas las mejillas de Héctor, quién se retiró de los Glorias poco tiempo después por ese y otros motivos.
Jugábamos en el Gimnasio inaugurado el 86.
El piso de madera era resbalozo.
Jugábamos y yo miraba la luz que entraba por los angostos, pero numerosos ventanales.
Esos partidos y esos Gloriosos hicieron de Catafau Algo, Alguna Cosa, Nosotros.
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Braulio Musso.
Braulio Musso.
7 comentarios:
Jorge
Parecióme un artículo sabroso,de esos que escribían antaño cronistas famosos,disfruté leyendo y recordando tiempos pretéritos,a mi memoria llegan cascadas de situaciones de mi vida en el IMLP,como cuando Villa en su orgullo leonpradino no aceptaba perder y se enfrascacaba en vigorosas discusiones en las cuales muchas veces debí intervenir para que la sangre no llegara al río.
Me despido afectuosamente de tí
Don Lisandro ( como me llamaban los alumnos de aquel entonces)
Astuto Mariscal Que Nos Formaste Con Fórmulas Y Estilos Perennes:
El Premio de Leer Tu Noble Mensaje es demasiado en estas horas en que Nuestros Rezos Y Canciones nos parecen Afónicos.
Tus Palabras Resuenan en esta noche para Guiar Las Mañanas de Nuestros Días Venideros.
El Furor de Manuel Nos Enseñó a Tener Cierto Orgullo Personal, a decir No, Gracias Y Buenas Nuncas.
Su Calma era El Espacio Para Contrargumentarle, para Recordarle, Cada Día, Siempre y Aquí, Donde Los Autos Pasan Raudos Para Evitar a Las Abuelas De Uniforme.
Te recuerdo riendo en Los Asados de Las Cofradías Herméticas de la Buena Voluntad,
me despido con ese sonido y esa imagen.
Vuestro Seguidor,
Quien rara vez os adelantó Con Balón Dominado y En Carrera.
a mi también me gusta mucho el flaco... gracias por tu comentario. un abrazo
QUE AMAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGO
Sombra Albiceleste:
El Flaco Es El Flaco.
Distinguido Anónimo:
Las Abuelas del Mundo Desarrollado han acaparado Abejito.
Buenos recuerdos,pero como siempre Jotita mintiendo en parte de la prosa, genoves siempre marco y seguirá marcando ya sea en partidos por o sin ptos de por medio, para muestra un boton, jugando por el campeonato d ex alumnos una jugada en la cual se paso un jugador, luego de globito se pasa a otro para terminar con otro globito al arkero (un gordo patetico)para luego terminar con el balon en las redes impulsada de cabeza, obviamente san? martin dirà que no se acuerda de ese gol (entre la infinidad)...
Genovés Sin Mar Ni Embarcación Presta:
un gol como el descrito por ud. se asemeja a los Juegos SinTendo de nuestros nietos, juegos que se quedan en el mundo fantástico de las máquinas.
Cuidado con el Oleaje recién Embravecido, Cuidado con El Temor que El Jardinero tiene Del Pasto Luminoso, Cuidado con Perderse y Volver Como si Nada, Cuidado Con Génova, Cuidado con sus Pescadores de Precios De Tiza.
Atentamente,
Quien le Conoció Cuando La Política era de Manual.
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