viernes, 2 de diciembre de 2016

Excusas para volver a sentarse y disfrutar con la seguridad de My Romance por Joe Pass. Las gavetas abiertas del Porno saltan desde lo desconocido. También los diarios que selecciono se esmeran en preguntarle a sus ocupantes políticos por la Izquierda actual. Es un pensamiento malamente circular, la mayor parte del tiempo. Cansancio laboral mezclado con romanticismo, resultado etílico, fino. Reuniones donde siempre están las mismas personas, parece natural, los lugares se definen así y el resto resiste a ese hecho definiéndose solos, distantes, retardando no se sabe bien qué. Nadie invita a su casa al vagabundo desaseado; las fantasías infantiles, la única manera de cumplirlas es en la misma infancia. Todos pueden notar la fachada mal cuidada de una casa, podrían descorazonarse como algo que les ocurre a ellos mismos. Los que critican el psicoanálisis se muestran también muy preocupados por las producciones escritas de los jóvenes ya no tan jóvenes, exitosos en literatura. El calor va desgastando los cuerpos, las piernas, los techos resisten, tanto tiempo un verano y todo termina pareciéndose al verano anterior.

viernes, 18 de noviembre de 2016

Lo que era la mañana desde los suplementos deportivos, quizás otros ya leían el Eclesiastés, algunos hablan de libertad. Aquí también de nuevo con un ojo en el buen silencio, esta mansedumbre no nos avergonzará. Leonard Cohen ha muerto y el verano sin características incita a ser bichos de decisiones dignas de las impresoras, ultra modernidad se le llamará. Se hace real todo lo que parece artificialmente enredado y lo simple se queda en los estantes de las ferreterías y de los talleres mecánicos. No hemos contado votos, pero votamos. Pensamos a ratos en las palabras de moda, Patriarcado, Lucro, pero no las pronunciamos. Apreciamos el plural, pero más bien soñamos con él. En los aeropuertos, los chicles y los familiares queriéndose e ironizando. Pero hoy The Partisan mil veces, hipnótico un viernes, hipnótica la muerte.

sábado, 8 de octubre de 2016

Esta vez no cedas a llevar a tus ideas, a tus moldes variables, las ideas de Rodolfo Walsh. Déjale un poco intacto aunque hayas llegado a su historia, déjalo sombrío, muerto, un rato, un año más; por sobre todo no lo celebres, emociónate con sus disyuntivas y enfríate como si este tiempo tuviera mil cosas más que vivir y pensar. Es un logro pronunciar Cochayuyo y lo olvidamos. El mapa del delta del Tigre, pero mucho, mucho, mucho después, cuando otro escribe sobre el que escribió desde la mañana hasta la noche, quien dudó entre afectos interiores y afectos perfectamente exteriores, ¡perfectamente externos, externos! Pareciéndose a la definitiva imposibilidad de hablar realmente sobre Nina Simone. Jugar limpio, o sea, siempre escribir corto, mantener la contradicción para ver si se vuelve comprensible. No resolver el asunto de lo teórico y de lo práctico, en ningún caso resolverlo, dejarlo como tema para toda la vida, extenuando el cerebro, relajando los huesos, estirando la sangre. Si alguien cree resolverlo es porque no conoce sobre Rodolfo Walsh, o sobre lo que yo leo de él y gracias a él.

martes, 13 de septiembre de 2016

Esas profesiones donde las personas se vuelven decrépitas, pero de una decrepitud sufrida por el exceso de contacto humano, ¿todos lo ven? Demasiada interacción, interminables frases para luego llegar a desear el silencio y la quietud total, no es abstracto, la gente se diferencia, mucho, mucho ahí. No puedo decir que en ese trance se parezcan, no, se diferencian, y están los que se salvan y relucen si lo notas, hazlo a la pasada, sirve. Un dolor insólito de espalda y puedes replantear al menos un par de asuntos de la semana o pensar realmente en la vejez (¡los viejos se desplazan con dolores!). Ver esto: los árboles que rodean los ventanales de los edificios, inmóviles, donan tiempo. No quiero atribuirle características al Universo, más si al mismo tiempo el filósofo escribió con una emoción casi mineral: "¿de qué serás capaz?" Oh, "¿vivirás de acuerdo contigo mismo?", ¿o falta aún para eso? Ah... Sin anestesia, sin los dispositivos y sin parches, con la noche encima. Sin la distracción que otorga el viento. Notar, los libros de los grandes terminan en las tiendas abandonadas del centro de la ciudad. Se venden y no se venden, las vitrinas están oscurecidas o tapadas por otros libros menos turbulentos. La psicología del librero, como toda psicología, acepta ser desenfundada en trances dirigidos y casi metódicos. El síndrome del psicólogo que no quiere emocionarse. Tardes similares a ésta: no nos hemos esforzado, no hemos claudicado, árboles que no son pasados por alto, ramas, éstas y no otras hojas.

jueves, 18 de agosto de 2016

1 Algo cambió con Chernóbil, pero por supuesto no lo vivimos así. Era el Mundial de fútbol ese año, como también lo dice un soldado "liquidador" en el libro de Svetlana Alexievich. Los roentgen, los curios, terminología atómica nombrando los instrumentos y los riesgos. "Enterraron al cuidador como si fuera extraterrestre, en su propia casa", pero existía La Rinconada. Además, un asunto importantísimo: ¿ "Tincho" Galvez volvería de México? Diríamos pronto "El Challenger", los pescados en las puertas. Los domingos, la pobreza desde el auto, los pobres eran la posibilidad de justicia contra el dictador asesino y todos los demás, un mendigo en Buzeta lo inconcebible de los apellidos de los miembros del gabinete. 2 Alguien que lee sobre Spinoza se encuentra hablando de hipódromos, de legos. Queda marcado el pasto por las máquinas y por los animales, en el sueño que el hijo no contará al padre. Le sucedió a él mismo… hay ahí todo un muestrario que va y viene encuadrándose en algunos minutos a la semana; se le aparece ahora esta clase de asuntos, ahora que desde hace años ya no siente hablar ni del centro de la política ni del núcleo de lo propio. Los entusiasmos cada vez más inconexos, más breves y más energéticos, es decir, lo que parece le ocurre a la mayoría. Hay teorizaciones que se dispusieron así dentro de lo humano, es un logro. Personas que sin muchas palabras fueron arremetiendo hacia una delicadeza de lo general. Tardío o no, el movimiento de las ideas es logrado desde la superación de una especie de obstáculo psicológico que caracterizamos como negarse a la proliferación abstracta. Había que constreñirse, salir o irse. Estábamos en el desarrollo del presente y al menos nos ajustamos en cuanto al número de caracteres. Por eso los sitios ya los pisábamos sabiendo que eran especiales, que estábamos formando algo permanente, nos recordaríamos, vivir para el Tiempo, el mismo tema de siempre. Y callarse. 3 Ayer murió Bobby Hutcherson.

viernes, 15 de julio de 2016

Leer sin mareo en trenes y buses: un adelanto corporal, renacuajo. ¿Y las ventanillas, las instrucciones, las muestras de cariño de los hinchas y los escolares? Siguen ahí, llanto artístico y sonrisas políticas. Vivimos y deseamos al menos un par de veces al año que nuestros familiares al otro del mundo tengan horas radiantes y ásperas como las que tanteamos acá, una persona se nos cola adelante en la fila de los libros del Metro, moriremos Eternidad. El Tiempo no nos enumera, sólo lo obligatorio según la economía imperante, o es lo que nos gustaría para nosotros mismos. Más bien recordamos al profesor venerado, sacándose los lentes y restregando sus ojos, no sabíamos o sabíamos un poco y nos adelantamos. Muerto muy pronto, a gusto de quienes le conocimos, recordado a tiempo... en última instancia es como si nosotros nos hubiésemos detenido en una virtud general, en unos vicios circunscritos que todos encontrarían cuerdos. Pasamos de una cosa a otra, alguien habla de modernidad, luego silencio, subimos cerritos en la impresionante ciudad natal. Conocí un senegalés, lo recordé gracias a una película, el precio de algunos vegetales se estanca, cosa no muy escuchada, mucha excusa y poca terquedad con fondo. Libros baratos, el sol, pobreza, nuestra vida, la Universidad tomada, baratijas, lejanía y extrañeza frente a todo eso que otros sienten y viven exactamente al revés. En cambio, cerca, emocionante visión desde la galería anticuada hacia el oriente... una especie de país, una especie de forma aún viviente en ciertas edificaciones... Me rebaja el libro sin pedírselo y me dice Hermano, los dos sin mirar el amarillo oscuro de la fachada, le agradezco. Ahora escribo sobre él, y basta. Antes pienso inútilmente, no sé si por primera o milésima vez, si vanagloriarse socialmente de la rabia es fingirla.

jueves, 16 de junio de 2016

Estamos en lo mismo, tampoco sé qué decir a veces frente a las personas armadas de planes o fobias. La fortaleza que sigue a eso tampoco es comunicable, en fin, aunque el asunto del silencio siempre vaya a tener un olor a adolescencia discursiva. Hay momentos en que los recuerdos no se presentan y esa indefinición, ese bote del Tiempo, es seco y constructivo. El desdén, no arrinconarlo, no enjuiciarlo, dejarlo, ni nombrarlo, ¡ al revés!, que nos apunte, que sepamos vivir al margen, asumiéndolo. Si funciona el calefont, si las agujas siguen cumpliendo su sonoridad, si los libros aún pueden ser devueltos, si no pedimos el despido de ningún asalariado, bien, entonces podemos decir un par de cosas. Pero no hoy, no ahora. Pues siempre la preparación indica que el final se dispara y que... etc.

jueves, 26 de mayo de 2016

Los métodos entusiasman, las ideas disocian, los rostros divergen, pero hay textos. Y si hay textos, por ejemplo escolares, hay calendarios. ¿Poe habría podido ser tu amigo? Esta pregunta da para sonreír en la fila a cualquier cosa. Diles cuán lejos está tu ropa del Notario y te dirán cuántos ríos mirarás realmente. Juegan con los cursos de los ríos, jugamos con las letras de las canciones, Patronato el reino del Embalaje. ¿"Vértices del Tiempo" dice el coro de esa canción española? Sí, aunque nos gusta. Muy conveniente saber que el general Poe, abuelo del poeta, no era general. Descartes, Poe... el contraste da para pensar. Pensemos un rato, es jueves.

sábado, 30 de abril de 2016

Apuntes que alguien tomaría en dirección a su primer relato, novela o lo que sea. Necesariamente son desarrollos, presentaciones, antesalas, explicaciones, ideas... Nada directo, nada fulminante, nada poético. Es una claudicación, digan lo que digan, es un camino fácil, un camino; no un llegar, tocar, hacer contacto e irse, como dijo Dylan. Hay una experiencia que no logras alcanzar. Es... se parece... si intentas describirla, se parece a una tontera: es muy similar a lo que uno sentía de niño (¿de nuevo lo de la niñez?) justo antes del inicio de los partidos internacionales por tv. Una mezcla de incertidumbre por el funcionamiento del satélite y del fondo musical de la presentación. Eso resonando fuerte hasta la visión del pasto del estadio extranjero. Esos apuntes deberían rescatar algo de eso, pero no haciendo la crónica psicológica del que escribe, o el relato comunal. Un poema serviría mil veces más. Y más si fuera un poema donde cupiera, oblicuamente, el amor de alguien. No describir el detalle del cuerpo ni de las labores en el jardín, pero que se sintiera que eso está presente. Rápidamente buscar el fin del poema y no esperar ganar, no esperar quedarse dentro del poema. Escapar hacia el traje leopardo de la mujer que amamanta y mirarla.

viernes, 18 de marzo de 2016

Leo a un poeta, leo a un poeta, leo a un poeta que nombra muchas veces a las arvejas. Fueron importantes para él, símbolos verdes de un exilio en Canadá. Trato, trato de leerlo haciéndole justicia aunque a ratos observo en blanco la lona bicolor que cubre el patio. Lugares, objetos; en suma, la terquedad personal y de los otros flotando en el peso de la sintaxis, cortina de peluquería, a intervalos incluida entre los afectos. "Se abre el poema"... Sí, tendría que abrirse el poema. Leo en voz alta sus poemas a los alumnos. Que se abra el poema y el poema se abre efectivamente.

jueves, 25 de febrero de 2016

Se dispararon los escritores profesionales, corrieron y corrieron, efectivamente son héroes innecesarios, héroes totales, conocieron ciudades inmemoriales, viajan hasta comprender lo que otros no se permiten. Amigo, tú, uno de ellos, emocionado por tu continuidad, es otro tipo de valentía diría, sigues sin que te lo pidan porque estos asuntos no se piden ni se rechazan. Admirado con lágrimas te digo todo esto y te recuerdo (por escrito, a través de pantallas que iluminamos aún con confianza). Pienso que hiciste lo que tendríamos que haber hecho todos Nosotros, los que nos inventamos o tuvimos o anhelamos o viciamos Un Llamado, alguna vez... ¡En la feroz Infancia! La infancia... sí, ella hasta la muerte. Pienso y escribo y sí, te tengo una pregunta, escritor: ¿Sabías que tu correría te alejaría de ella? ¿Sabías que escribir sobre ella es adultez, es final? No importa tu respuesta, un abrazo. Tantas cosas nos unen, que tu carrera nos separe es cosa menor, y necesario es que yo siga viviendo el tiempo y jugando a marcarlo... Los palos de helado que quedan marcados después del apetito de los hijos, tenue rojo, amarillo de la vainilla industrial. Vimos Júpiter y no lo dijimos.

martes, 26 de enero de 2016

Cambio de ampolletas, de lámparas. Datos naturales para ahuyentar moscas. Noche sin cansancio del día. Estirada cubierta del sillón, bichos agolpados en los ventanales. Dinosaurios de juguete, pulcritud anímica. Cajas de leche apiladas, este computador, pronto Dios, querría.