lunes, 6 de octubre de 2008

Rolling Stones


En estos días de campo leo, por primera vez, a Octavio Paz; me parecen lucidos ensayos, escritos y pronunciados a mediados de los 70.
Ha marchado también un tocadiscos en largo desuso.
A la mitad de la primera cara del ‘Majestic…’ leo:

‘A veces sueño con una historia de la literatura hispanoamericana que nos contase esa vasta y múltiple aventura, casi siempre clandestina, de unos cuantos espíritus en el espacio móvil del lenguaje. La historia de nuestras letras nos consolaría un poco del desaliento que nos produce nuestra historia real’.

Por supuesto que me gusta esa pequeña esperanza dentro de la gran desesperanza.
El tono releva sobre todo de algo sano de alguien sano.
Por su parte, los parlantes del tocadisco no marchan del todo bien agregando chirridos que hacen la música mucho más preciosa, efímera y delicada.
Aún cuando la electricidad y sus dispositivos no nos sean más que misteriosos, rápidamente descubrimos que son los cables que unen los parlantes al tocadisco los dañados.
Qué fácil es estar triste! Qué facil estar alegre!
El viento a ratos mueve las puertas a falta del pasto que está demasiado corto.
No sé por qué de pronto recuerdo la Vega de Santiago de Chile, o más bien sus inmediaciones.
No es por la fruta.

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Braulio Musso

3 comentarios:

Tiago dijo...

Braulio Musso, gracias por esa nostalgia no maligna, esos recuerdos que encuentro al leer la columna me llevan a imágenes de momentos que no he vivido, quizás los he soñado.

Anónimo dijo...

Qué podemos decir respecto a las palabras de nuestro amigo Octavio, quién habla como todo un Augusto...

Nuestra condición es irrefutable; una marca de pasado y futuro (quizás). Es interesante pensar que tenemos una constante en nuestra historia clarísima, pero mantiene a todo un 'pueblo' confundido.

Nuestros españoles dejaron una marca tremenda a sus hijos: mestizo y criollo. Se liberaron de sus actos y responsabilidades (evidemente hablamos de padres y no de violadores, que de esos ni hablar), al clasificar(nos).
Pero a pesar de ello, tenemos una herencia que viene desde las tierras del jamón crudo (a proposito del jabalí pesuña negra alimentado con avellanas, por cierto), el flamenco y mujeres hermosas: la adaptabilidad. Quizás exagero, pero creo que en España tenemos lo que no ha ocurrido en el pueblo anglo-germano, judeo-eumenita, como sea.

En nuestra literatura y principalmente en nuestro lenguaje, está presente dicha condisión: tenemos a una Gabriela que le canta al valle del Elqui, como a un Neruda que se sume en el mundo entero (me atrevo a decir, que esa es la gran explicación de porqué Neruda y no Gabriela; la universalidad y adaptabilidad de nuestro infante galán).

A donde cresta voy con todo esto...
que, desde el origen más primal de nuestra triste historia; (tanto lo es?) de mestizaje y clasificaciones (ah, claro, soy latino y me gusta la cachimba zumbadiscotecas), nace nuestra especial aventura literaria.

Si me permite don Braulio, rescato de nuestra historia el lenguaje, la flexibilidad y la visión (ampliada) de mundo. Por algo tenemos a un pueblo rubio y pálido que, por no comprender, ha tenido que imponer.
En el colegio me preguntaba por qué aprender inglés y no el español... bueno, uno impone y el otro se adapta.

Hay tristeza, la hay, pero qué maravilla la Hispagna y la América...

Emotivamente,
el mestizo decendiente del Sultán.

braulio musso dijo...

Prójimos en la Impetuosidad:

hoy Monsieur InfoPack volcó su Café sobre mi Correo.
Se excusó hablando del pelaje de ciertos Pelícanos y de las ventajas de despertar antes del mediodía si es día laboral, lo que inexplicablemente me apaciguó.
Luego volví para escribirles una notita y estas son mis estampillas:

Nos veremos en La Rada,'Al Otro Lado Del Río Y Entre Los Arboles'.
Atentamente,
Quien sueña con Sekena Y Avellaneda.
Pd. Quién de uds. está leyendo 'los ditirambos de Telestes y Filóxeno'?