viernes, 7 de agosto de 2015
Más que alma chapoteamos en Tiempo, nos dejamos recluir
tras las palabras impresas de los Poetas Autodenominados,
para no farfullar elogios, ironías cansadoras, si a fin de cuentas El enemigo no está ahí.
En cambio "El Padre Tiempo" nos incluye en el hecho compuesto de respirar y así, hoy... el féretro visto de lejos aún no cerraban, practicando de nuevo la no contrastación nos
sorprendimos pues diagonalmente algo vimos, mientras alguien se abría paso diciendo "Quiero ver"...
En una misma tarde, hablando sin querer hablar, notando que ya no importa mucho ni nadie recuerda mucho los nombres de las canciones, silencio absoluto por suerte en el auto de los que son y se sienten deudos.
El cementerio en cuestión no ha entrado ni entrará en la Postmodernidad. De hecho, no hay muchos teléfonos celulares prendidos, hay barandas de madera...
Flores caras o baratas, en otro país los tonos de la vida y la muerte no reaparecen un miércoles a media tarde.
Miles de lápidas para que una sola lápida sea pedida en un mármol
no tan blanco, un mármol que tenga tantos oscuros como sea posible.
También se habló del espacio necesario a dejar para posibles otros residentes de la tumba, que
por eso la inscripción de Gibran debía resituarse bajo el nivel de los vasos con flores.
Luego silencio, silencio y aire lejos de todo viento, familias que envejecen.
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