martes, 26 de enero de 2016

Cambio de ampolletas, de lámparas. Datos naturales para ahuyentar moscas. Noche sin cansancio del día. Estirada cubierta del sillón, bichos agolpados en los ventanales. Dinosaurios de juguete, pulcritud anímica. Cajas de leche apiladas, este computador, pronto Dios, querría.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es bueno ser breve en palabras para tantas cosas que pasan y se nos quedan sin que sepamos.

Miradas pacientes necesitamos, oh, Chile. Creo.

He vivido en Quintero no como turista, veo a los piratas que tuvo Chile, de pasaje como pensaban.

Un señor encargado de mantener el orden en un bus de Transantiago, nos llamaba pasajeros. Y eso somos, y estamos acá, bello señor.

El Crema de espárragos.

Anónimo dijo...

Y:

"¿En qué favorece la confianza el hecho de proyectar en el mundo real entidades o personalidades ficticias? Es que esas proyecciones le reconocen un lugar: de ahora en más es observado, ayudado, sostenido, como son los niños. Para que se establezca confianza, no basta con proyectar humanidad a cada paso, hace falta que esa humanidad se vuelva hacia el hombre y lo asista, lo rechace, en pocas palabras le conceda un lugar privilegiado"

David Lapoujade, Potencias del Tiempo. Versiones de Bergson. 2011. p. 78