viernes, 18 de marzo de 2016
Leo a un poeta, leo a un poeta, leo a un poeta que nombra muchas veces
a las arvejas.
Fueron importantes para él, símbolos verdes de un exilio en Canadá.
Trato, trato de leerlo haciéndole justicia aunque a ratos observo
en blanco la lona bicolor que cubre el patio.
Lugares, objetos; en suma, la terquedad personal
y de los otros flotando en el peso de la sintaxis, cortina
de peluquería, a intervalos incluida entre los afectos.
"Se abre el poema"... Sí, tendría que abrirse el poema.
Leo en voz alta sus poemas a los alumnos.
Que se abra el poema y el poema se abre efectivamente.
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