jueves, 18 de agosto de 2016
1
Algo cambió con Chernóbil, pero por supuesto no lo vivimos así.
Era el Mundial de fútbol ese año, como también lo dice un soldado "liquidador" en el libro de Svetlana Alexievich.
Los roentgen, los curios, terminología atómica nombrando los instrumentos y los riesgos.
"Enterraron al cuidador como si fuera extraterrestre, en su propia casa", pero existía La Rinconada.
Además, un asunto importantísimo: ¿ "Tincho" Galvez volvería de México?
Diríamos pronto "El Challenger", los pescados en las puertas.
Los domingos, la pobreza desde el auto, los pobres eran la posibilidad de justicia contra el dictador asesino
y todos los demás, un mendigo en Buzeta lo inconcebible de los apellidos de los miembros del gabinete.
2
Alguien que lee sobre Spinoza se encuentra hablando de hipódromos, de legos.
Queda marcado el pasto por las máquinas y por los animales, en el sueño que el hijo no contará al padre.
Le sucedió a él mismo… hay ahí todo un muestrario que va y viene encuadrándose en algunos minutos a la semana; se le aparece ahora esta clase de asuntos, ahora que desde hace años ya no siente hablar ni del centro de la política ni del núcleo de lo propio.
Los entusiasmos cada vez más inconexos, más breves y más energéticos, es decir, lo que parece le ocurre a la mayoría.
Hay teorizaciones que se dispusieron así dentro de lo humano, es un logro. Personas que sin muchas palabras fueron arremetiendo hacia una delicadeza de lo general. Tardío o no, el movimiento de las ideas es logrado desde la superación de una especie de obstáculo psicológico que caracterizamos como negarse a la proliferación abstracta.
Había que constreñirse, salir o irse. Estábamos en el desarrollo del presente y
al menos nos ajustamos en cuanto al número de caracteres.
Por eso los sitios ya los pisábamos sabiendo que eran especiales, que estábamos formando algo permanente,
nos recordaríamos, vivir para el Tiempo, el mismo tema de siempre.
Y callarse.
3
Ayer murió Bobby Hutcherson.
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