domingo, 27 de mayo de 2018
Nunca estuvimos tan disparados, tampoco fuimos la última muestra de una locura difícil de criticar.
No es ese el tema, pero ¿dónde nos fuimos todos?
Antes se viajaba y no se volvía y se vivía con eso, los que se iban y los que se quedaban... la vida de las cartas.
Una edad, sin duda, en que empezamos a hacer las preguntas que habíamos leído y que ahora son las nuestras.
Y no pasamos más allá de eso, de todas esas creencias que no deberían ser más que lo que son las uñas en los dedos.
Sólo estamos listos para hablar en la desesperación.
Tan real como la luz de invierno corriéndose de casa en casa.
La poesía destruyó a los poetas, el dinero le dio al menos un sentido a los avaros.
Siempre reaparecerá un nuevo racismo, unos des-alambran y otros piensan en desalojos.
No existe eso de tener razón un viernes por la noche.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)