lunes, 2 de noviembre de 2009

Este era el punto





Caigo en informaciones históricas, Francia, este continente, aquellas guerras, la Colaboración Pétain-Hitler, Laval, Vichy, todo eso me sobrevuela, qué hacer sino informarse?
Vamos.
Estamos en este pueblo Pithivier ( a cien kilómetros al sur oeste de París), donde las reseñas turísticas omiten sin excepción que desde su antigua (hoy en desuso) estación de tren partían hacia los campos de concentración en Francia y en Alemania, detenidas por autoridades policiacas francesas, entregadas a los alemanes, miles de personas, gente, pueblo.
Este era el punto.
Alguien podría decir: ‘y qué quieres? Borrar este pueblo o la autoinmolación de sus habitantes?’
No, no quiero eso, no quiero nada.
Sólo llego a esas informaciones, sólo leo, me caen sobre la cabeza documentales casi prohibidos, datos.
No hay fotos casi, no hay videos, tal como en el caso de la guerra de Argelia, prohibidas las fotos, por decreto.
Ahora camino por el centro de este pueblito, cerrada la iglesia, abiertas las pastelerías, abierta una peluquería de alguien que parece árabe.
Sonríe y espera fuera de su local, lo que me provoca confianza, responde el saludo y sonríe más.
Quedan manchados los lugares? Hasta qué punto?
La viuda francesa de un chileno, la persona que nos ha invitado, habla de pronto de Ritoque, Quinta Región, Chile.
Oh! digo yo.
Ella lo nombra a partir de algo casi opuesto a lo que para mí puede ser Ritoque: ella habla de una ciudad ‘artística’ ubicada al borde del mar en Ritoque, un proyecto de un grupo de arquitectos, sea.
Para mí es el centro de concentración en la dictadura, por ahí pasó el padre de alguien a quien amo.
Alguien que no va a sacar a pasear todo eso en los oídos de cualquiera.
Para mí es también un día nublado cuando veraneábamos en Quintero, fuimos a Ritoque porque alguien insistió, mi padre me dice una vez llegados lo que había existido allí, estamos a fines del 88, La Epoca sobre la arena.
Cómo está Ritoque hoy? Hay folletos que recuerden a los prisioneros? Hay nóminas?
Los folletos son sólo folletos, pero no son nada, son algo.
Las nóminas son papeles, son archivos, pero algo son y pueden llegar a ser pronunciaciones y luego, actos.

Braulio Musso

2 comentarios:

Sultán dijo...

Caminando por el centro uno puede ver la Moneda y pensar inmediatamente lo que se ha dicho. Pero quizás los zapatos que vagan apurados sobre ella, desgastan el recuerdo como el agua sobre las piedras, las de río.

Al parecer muchos lugares quedan mutilados, como la piedra oval que alguna vez fue un risco o rabia volcánica. Pero ¿será tan así? Yo diría que sí están manchados. Pienso que si no se hace una conexión entre el pasado y nuestros días, no se hace nada más que evidenciar un trauma. Como también sólo recordar el pasado, vivirlo.

Entiendo, por ejemplo, que debajo de la Moneda ya no hay túneles con tropas aglutinadas como en el Bunker de Hitler; el otro día ví una película y se pueden hacer obras de arte bohémicas a la costa de la Alameda (para vuestros amigos). Pero yo entiendo que eso no es censura, ni trauma; pasado y presente sin ingenuidad.

Sin alejarme más, creo que los folletos son folios necesarios; un presidente terminando la II guerra dijo: 'por favor, escriban, fotografíen y grábenlo todo porque llegará un día que un hombre se olvidará y negará lo ocurrido'(algo así decía). Auschwitz y Ritoque. No era un sabio, tampoco un ilustrado, pero si un profeta (oscuro).
Supongo que no los dejaremos en el olvido y mucho menos nos dejaremos quebrar por el trauma. Sin embargo, siempre es bueno saber dónde estás parado.

Atte.,
Sultán tocado.

braulio musso dijo...

Don Cercano:

me ha gustado vuestro mensaje, sí.

También es cierto que nuestras palabras pueden rondar la fraternidad, pero también sirve que los buses no se atrasen.

Atte,
Petiso Nórdico.