lunes, 10 de mayo de 2010

Jaime Mendoza Collío




Hay algo terrorífico detrás de los bloques de millones de nombres de hombres masacrados.
Supongo que la razón radica en no poder nombrarles a todos.
Una zona contaminada -cerros, cerros- por todas las zonas contaminadas.
Un fallo judicial escandoloso por todos los fallos inhumanos.
Cuando pienso en eso, veo en Chile los pocos, pero dolorosísimos asesinatos por parte de fuerzas policiales durante los gobiernos democráticos desde 1990 como asesinatos interesados, por parte de funcionarios pro-derechistas de la pasada dictadura, a su vez instigados por la prensa y los partidiarios vivientes del dictador asesino y ladrón.
Sirven esos actos desalmados como factores de debilitamiento de la siempre escasa confianza en el tipo de gobierno llamado democracia.
Orlando Zapata Tamayo.
He pensado de nuevo hoy en todas estas cositas al saber sobre un asesinato en otro país, en otro contexto, con otras lógicas, pero asesinato al fin.
Un hombre asesinado.

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