lunes, 17 de mayo de 2010

Ser breve es querer ser breve





En el afán de ser breve deberíamos mezclar los sentimientos, algo, unos pedazos, unas dimensiones.
La brevedad no puede ser sólo motivo de mofa corporal o sexual, tampoco lujo de aquel que quisiera cultivar la fama de ser despectivo.
Que la brevedad sea un honor ofrecido a los demás y no sólo higiene personal, no sólo un poco más de energía para la modorra.
Todas las profesiones deberían tender hacia ella, que todos estuvieran febriles buscando la brevedad más significativa.
Que la subjetividad no nos detenga, creámosle al viento que despeina a los seres de largos discursos.
No critiquemos a nuestra personal subjetividad, critiquemos a la subjetividad que se quiere objetiva y dejemos esto aquí pues, los términos dicotómicos casi siempre esconden, usados por nuestras bocas, salidas verbales raquíticas.

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