lunes, 30 de abril de 2018
Anochece de a poco si estamos mirando.
O eres místico altiro o te demoras ochenta años en serlo.
Por eso la mística no se le exige a nadie.
Los carnets sí, los muslos de pollo, las fumigaciones.
Fotos de la niñez que se quedaron en la casa familiar, años sin consultarlas.
Palabras que deberían conectarnos con las realidades, gente que pasó su tiempo ayudándonos.
La ropa del colegio es el afecto dispuesto a estirarse a través del horario y alcanzar a todos los que te ven pasar.
Cuando se levanta un viento fuerte y estábamos en el centro del patio.
Y los balnearios, de un día al otro vacíos.
Sensaciones, ¿no?, en el flujo humano de saber que estamos, en un bus, con zapatillas, sin hambre.
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