lunes, 15 de septiembre de 2008

Catafau: El Primer Triunfo fue un Espejismo.




El equipo se paraba y trastabillaba con Guille al arco (sí, él, al arco, en serio). En defensa, indistintamente recostados por izquierda o por derecha como dos buenos centrales, Cea y Márquez.
En el medio supuestamente de enganche (...) Erranz correteando y... arriba, nominalmente... de puntero... (sic)... Boggiano.
El esquema la verdad es que adolecía de problemas individuales de ejecución, pero más grave aún, no alcanzaba a ser un esquema.
Era sólo un posicionamiento... casi no habían funciones, no habían jugadas preparadas al avance.
Lo que sí habían eran incertidumbres.
Como se jugaba con un tipo al medio y otro arriba (por cierto, estamos hablando de baby-fútbol), siempre uno de los defensas debía subir a generar alguna jugada... casi siempre era yo... a veces con éxito y a veces con el resultado de un gol en contra.
Cea nos daba la ilusión de su altura y al menos no era de esos defensas que te sorprenden con errores infantiles inexplicables.
Tampoco se le íba a pedir que nos aclarara gambeteando un partido trabado, algo de las peras y de los olmos.
Bueno, arriba, sobre este chico Boggiano, podemos preguntarnos: es que era de aquellos de apilar jugadores o era más bien alguien que debía ser habilitado con mucha ventaja para que anotara?
Yo tengo mi opinión completamentamente formada a ese respecto.
Bueno, había que dejarlo solo, pero ojo: no era lento, pero tampoco era rápido...
Aún cuando me gritaban ‘baja de la motito’ al proyectarme por el lado opuesto al de Boggiano, ese arranque era una respuesta a la no respuesta a la hora de crear juego al medio o arriba.
A veces mi arranque partía desde bien arriba pisando el área contraria y sólo necesitaba esquivar a alguien para quedar con opción de tirar.
Recuerdo que en nuestro primer partido oficial (que ganamos, constituyendo un enorme espejismo para nosotros y para los organizadores del campeonato, no así para nuestros padres) quedamos tempranamente arriba con dos jugadas de esa índole: eché a correr la pelota abriéndome hacia la derecha para entrar al área sacándome a un mastodonte añoso y quedar con posibilidad de tiro con la derecha (la pierna): dos cero en dos jugadas calcadas recién iniciados.
Pero eso no era ni sería frecuente, pues jugábamos más preocupados de no equivocarnos atrás (Guille) y no quedábamos frecuentemente con varios hombres en ataque.
Lo de este... personaje, Erranz, era todo o nada.
Físico, no dosificaba, le faltaba la jugada precisa, le sobraba el correteo, pero lamentablemente no era un correteo táctico, era... correr y pinchar balones, en el mejor de los casos.
Al quedar náufrago arriba este genovés Boggiano, y me lo pregunto en el nombre de sus desconsolados y venerables padres, qué hacía?
Bajaba a cooperar, trataba de unirse a Erranz?
Yo tengo mi opinión completamentamente formada a ese respecto.
Se quedaba escondido contra una de las líneas!
Ni siquiera estoy seguro que haya bajado a cooperar en los corner en contra.
No recuerdo haberlo visto correr en actitud de sacrificio, era como un trotecito entrecortado, parecido a una mímica temblorosa que se hace frente al director del colegio cuando pequeño llegas atrasado.
Era un goleador que no hacía goles.
Ya el segundo partido de aquel campeonato de 1994 nos abofetearía la cara y comenzaría el lumbago eterno de Guille.
El espejismo del triunfo fue letal.
Pero esa es historia para otra entrega.

Braulio Musso.

4 comentarios:

Miriam Jerade dijo...

Soy inculta en fut bol, pero me encanta que además del souvenir, pueda haber una poética en torno al balón.

Anónimo dijo...

Hay que decirlo, ese genoves que nombran por ahi, fue uno de los puntales de ese "equipo", sin esta persona no podriamos haber gritado gol en el arco contrario, solamente en el arco propio, y obviamente el "arquero" de catafau,era un espectro, con eso lo digo todo, en cuanto a "habia taco" eran d esos tipicos jugadores de catolica, ni defendia bien ni tampoco atacaba de buena forma, insulso diran uds...

Anónimo dijo...

Otra cosa se me queda en el tintero, la persona que corria y correteaba incansablemente era el delantero del equipo, pobrecito, era como jugar solo sin nadie que lo ayudara a generar algo de peligro en el arco rival, y aun asi, lo generaba, estaba perdido en la soledad, un naufrago pero con la bandera a tope

braulio musso dijo...

Cándido Abuelo Gol, Mejor Amigo Año 69 (el último campeonato del Ballet, usted sabe) del Señorito Toribio,
Buenas Tardes Bella Incultura del Souvenir:
llegar tarde al baile es una referencia en desuso.
Todos estamos a tiempo, salvo los que compran abonos para todo.
Hay que decir lo que hay que decir.
Voy a preparar mi maizena,
un abrazo,
El Plagiador de Plougastel,
más conocido como El Rondín de Camino/Melipilla..