lunes, 1 de diciembre de 2008

Guardias.







Los Guardias golpean a alguien, un joven,
frente a mí a la entrada de la Biblioteca.
Largamente lo arrastran, cinco, seis personas.
Decido, tras un rato, dejar de mirar y subir a buscar mi libro
sin caer en la tentación del Intento de poesía.
Subjetivos nacemos, subjetivos moriremos.
Encuentro el libro en la misma ubicación de la última vez,
lo que no sé porqué me sorprende.
Soy el único que lo consulto pienso, el derecho a la exclusividad
también podrá ser perseguido...
Escribo esto en esta mesa de esta biblioteca, rodeado
de los contrastes de la Epoca:
Libros, extranjeros, cesantes, jóvenes estudiantes, golpizas miserables.
Hago el esfuerzo de leer y lo logro.
Cuando salga los guardias estarán en silencio o bromeando.
Aunque quizás hayan otros guardias, el relevo de los horarios.

Braulio Musso.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuando trabajaba por Clotario Blest con Departamental, tenía turnos de 6:00 a 14:00 y otros días en la tarde. Y claro, hay otros guardias; me caía mejor el de la mañana.
Conversaba mucho con él, siempre me hablaba de su familia, de las mujeres que 'le coqueteaban' y de que la dictadura insensibilizó al ciudadano. Como no, si tenía que formar las filas, darle paso a las abuelitas y calmar a los furiosos. Por lo menos, nunca lo vi enfadado y siempre dialogaba con las personas; pensaba que era una terapia necesaria.
Tenía un logo que decía 'Prosegur' en su camisa y a Clotario en su esquina.
Creo que nunca había conocido a alguien tan solitario.

braulio musso dijo...

Sultán que nombras al Unico Blest:

Chile debería cambiarse de nombre a Clotario Blest.
El país Clotario Blest.
Vuestro Guardia Sabio será Embajador en GreenLand.

Atentamente,
Pepino Relajado.