lunes, 1 de noviembre de 2010

Sé que estos cerros tienen que ver con el resto y conmigo




Es en este espacio donde estamos siendo sinceros, feroces, superficiales, mentimos.
Es esta la oportunidad y es esta nuestra actuación. Ojo con nuestra actuación.
Todo lo restante no debiera ser usado como atenuante o marco explicativo.
Porque lejos de otros momentos vigorosos e idealistas, quién va a recordar lo que dijo?
En la apropiación de la ciudad, al menos notamos que esta es la ciudad de nuestra vida, a riesgo de decir ridiculeces.
Sus calles me parecen tan perfectas, su luz es tan emotiva, su pobreza me es tan propia, tan afectiva, tan personal. 'Qué país!, qué país!' nos decimos constantemente extasiados, rebelados, tocados, locos, nosotros y todos.
Esto se mezcla de una manera geométrica con los detalles muertos que resucitan en nuestro alegría.
Siento de nuevo que todo este espacio anímico no es sólo un ensimismamiento nostálgico.
Pienso sin convencimiento eufórico que él es un organismo real que flota con raíces cafés alrededor de las vidas de los demás y que todos lo saben.
Vivo de pronto una emoción fuertísima al ver a un amigo en la puerta.
Se puede ser generoso e invencible con sólo plantarse en la puerta de alguien.
Noto tan indestructible su tacto, su inmensa sutileza risueña, sus preguntas, su cercanía insólita, '(Cómo no tuve más en cuenta su estilo único? Por qué no he aprendido algo de él? Por qué eres así, Don Emocionado Indolente? Por qué si sientes tanto todo, no demuestras nada? Quién te enseñó esa frialdad calientísima??)'.
Impacta mi pérdida de sentido, mi desazón tan insolente, mi olvido, mi publicitaria tristeza sin base.
Pero siempre es necesario recordar que el egocentrismo invertido es el peor.
Por eso vuelvo a pensar en esta ciudad, la cual he vuelto a ver a través de un cerro.
Por eso, por qué, por qué este tiempo crucial y hermoso es tan terrible?
Por qué este tiempo de vida, de felicidad, de inconmesurable espíritu, es terrible?
No oso preguntarle a la estructura de la ciudad, a estos cerros que sé que veré en imágenes enormes cuando queramos morir bien.
No le pregunto, pero le pregunto: Por qué es así?
Hoy es una pregunta, antes era una vivencia.

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