En esa situación
Hay incendios a lo largo de la ciudad, nunca pensé ver todo así, las sirenas son odiosas.
La historia del gato y del ratón no tiene ninguna moraleja salvo la vanidad y la idiotez.
Escondites, persecuciones, remordimientos, pensamientos innumerables, bah.
Existen asuntos que al aplazarse mueren. Existen asuntos que no son asuntos, que son todo, no sé.
Hay asuntos que no pueden esquivarse. Toda huelga debería ser legal.
Se hace realidad lo que ya no es real ni aquí ni en otros continentes, es una exclusividad mundial que traspasa épocas y fulmina el cerebro de todos los grandes sabios y de las grandes sabias:
el viejecillo besa a la pequeña sorprendida, enseguida la joven mujer besa al anciano niño quien no responde completamente sintiendo mil cosas, entre las que sobresale la certeza que hay mucho tiempo más, que es mejor juntarse en una cárcel sin piscina, que hay cosas inevitables mierda, que ésta es La Ciudad.
En esa situación como en todas las transcurridas, este señor de bastón soslayable va directamente a perderse pues elige vivir, a grandes rasgos, como poeta y no como científico, se inmola.
Valiente y cobarde es quemado sin enseñanzas, sin protesta, sin lucha, sin hijos por los cuales inmolarse, vano entre los vanos, nada, nada, nada. Esa confianza viene del Diablo, de los aspectos diablillos, de un engaño viejo.
Todos somos Jokermans, aquel de la canción del Infidels.
Luego todo se esfuma, el anciano juega poker y es acariciado por mil otras mujeres, su barbilla cortante se empina en la sequedad, sólo hay una lealtad.
Todo parece muy ordenado, pero no lo es. Es chistoso llevar una polera que dice Otro comercio Es Posible.
No hay cómo llegar a la noche, no hay cómo ayudar al resto.
(Hace dos, tres meses, ja)
lunes, 27 de diciembre de 2010
lunes, 20 de diciembre de 2010
Una cerveza antes del almuerzo
Lo que necesitas ahora es ir al mesón de la Ferretería a escuchar a los que viven vidas llenas de fuerza.
No puedes ganar en todos los campos y menos queriendo ser genuino y ruin.
Te hará bien ver cómo reparan la llave del lavaplato.
Recibe las ganas de hablar de otros como ofrendas de amor.
Simpatizas de inmediato, es mejor tirar junto a esa gente, estás emocionado estás vivo.
Estás tan al lado de todo y aún así rápidamente te celebran las bromas hombres de 'tomo y lomo'.
Algo has hecho mal repetidamente en tu vida, pero si aún sigues temblando cada mañana nada estará perdido nunca.
Es fácil ser un completo imbecil, qué película pasarán en el cine hoy en la tarde?
Necesito recargar pilas. No me importa parecer un niño de nuevo, hay un bus donde ir completamente solo y en paz.
Fíjate en los ojos de nadie, una cerveza antes del almuerzo, el dinero que pasa, es mejor tragarse la espuma de golpe.
Los bosques seguirán cimbrándose, no sé cuándo comenzaremos esa partida.
No tengo planes, no tengo nada, pero deseo un par de cosas.
De tanto mirar uno comienza a oler. Las locuras exóticas que se pueden hacer que sean sin espectadores.
Don Neutro no llorará hoy.
Achicharrarte esperando cruzar la calle puede ayudarte. Evita ciertos barrios, la hora pasa muy lento.
No contestes los mails ni los llamados, lleva al extremo tu nada, si bien la actualidad del fútbol argentino es importante.
No hay oportunidades, hay objetos neutros.
Quiero permanecer en lo mismo porque siempre cambio superficialmente.
Daría un par de cosas por estar en San José yendo hacia Portales de nuevo en bicicleta, triste y colmado, nunca sólo triste. Mi tristeza nunca copa todo, quiero poder seguir con esa edad por Portales hasta la cancha de pasto rejada que no sé si aún existe.
Una mujer me mira en la calle, va vestida y no me habla, su mirada exige todo.
Repite cien mil veces la escena para poder sonreír de lo ficticio.
El afecto se esfuma y vuelvo a ser un gris transeúnte, miro los precios, busco mostaza y galletas.
Estoy en el tope de mi fragilidad y de mi consideración.
Ni sé qué serán las próximas horas, supongo que no me descompensaré.
Me las arreglo para impedir que las moscas entren y no tener calor.
Fin.
Lo que necesitas ahora es ir al mesón de la Ferretería a escuchar a los que viven vidas llenas de fuerza.
No puedes ganar en todos los campos y menos queriendo ser genuino y ruin.
Te hará bien ver cómo reparan la llave del lavaplato.
Recibe las ganas de hablar de otros como ofrendas de amor.
Simpatizas de inmediato, es mejor tirar junto a esa gente, estás emocionado estás vivo.
Estás tan al lado de todo y aún así rápidamente te celebran las bromas hombres de 'tomo y lomo'.
Algo has hecho mal repetidamente en tu vida, pero si aún sigues temblando cada mañana nada estará perdido nunca.
Es fácil ser un completo imbecil, qué película pasarán en el cine hoy en la tarde?
Necesito recargar pilas. No me importa parecer un niño de nuevo, hay un bus donde ir completamente solo y en paz.
Fíjate en los ojos de nadie, una cerveza antes del almuerzo, el dinero que pasa, es mejor tragarse la espuma de golpe.
Los bosques seguirán cimbrándose, no sé cuándo comenzaremos esa partida.
No tengo planes, no tengo nada, pero deseo un par de cosas.
De tanto mirar uno comienza a oler. Las locuras exóticas que se pueden hacer que sean sin espectadores.
Don Neutro no llorará hoy.
Achicharrarte esperando cruzar la calle puede ayudarte. Evita ciertos barrios, la hora pasa muy lento.
No contestes los mails ni los llamados, lleva al extremo tu nada, si bien la actualidad del fútbol argentino es importante.
No hay oportunidades, hay objetos neutros.
Quiero permanecer en lo mismo porque siempre cambio superficialmente.
Daría un par de cosas por estar en San José yendo hacia Portales de nuevo en bicicleta, triste y colmado, nunca sólo triste. Mi tristeza nunca copa todo, quiero poder seguir con esa edad por Portales hasta la cancha de pasto rejada que no sé si aún existe.
Una mujer me mira en la calle, va vestida y no me habla, su mirada exige todo.
Repite cien mil veces la escena para poder sonreír de lo ficticio.
El afecto se esfuma y vuelvo a ser un gris transeúnte, miro los precios, busco mostaza y galletas.
Estoy en el tope de mi fragilidad y de mi consideración.
Ni sé qué serán las próximas horas, supongo que no me descompensaré.
Me las arreglo para impedir que las moscas entren y no tener calor.
Fin.
lunes, 13 de diciembre de 2010
El más grande regalo
Veo mi alma de nuevo, nunca pensé hablar de estas cosas, no creo en el fin de nada.
Uno siempre quiere seguir escribiendo, el silencio nos acecha, pero no le creemos.
Uno siempre quiere seguir telefoneando sin ningún estilo, odiando los teléfonos, las fichas e internet.
Galletas con pulpa de membrillo, sálvennos, oh.
Tengo de nuevo veinte años, diecinueve, estoy perdido y parlanchín y lleno de esperanza insolente.
Voy a tomarme un par de cervezas para empezar, es bueno romper todas las previsiones.
Daría cualquier cosa por ser dulce, pero nunca podré.
Nina Simone, sálvanos a todos.
La vida ha sido buena, pero lo más impresionante es no estar a la altura de la grandeza tan anhelada de hoy.
El más grande regalo, oh inmenso momento, oh destino dulce, oh destino suave, oh conducción interior, calles forjando la circunstancia central de mi vida.
Lo mejor sería encontrar un trabajo y dejar de especular.
Los recorridos me hicieron, estoy satisfecho de eso.
Todo podría estar peor. Miro por la ventana una vez más, oh agradable compañía.
Estaría muerto en otro lugar, estaría muerto rodeado de otra gente, muerto biológicamente, bah.
Contenido neto de 300 gramos: apiádate de esta salinidad, ja.
No me importa qué se diga sobre el sistema de transporte de la ciudad.
Sé donde estoy y esa es la base de todo, hace cuánto que no veo el Mar?
Quizás debería visitar Caleta Papagayo o El Burrito, pero una vez ahí me desvanecería en ruindades, en filigranas, en Yoísmos.
No quiero reencontrar a nadie, nunca había sentido eso antes. Quiero perderme en esta nueva vida con un estilo de gracia y perdición, tú sabrás en qué estoy, qué cara tengo, qué cosas locas y fomes diré, nada, no importa, y está bien.
Es pesado. Ya no fui un borracho, pero sí un bebedor y un comedor. Es más caro y un poco más elegante, vano.
Ya casi ni puedo entender lo que oigo. Es por eso que no quiero hablar más. Tú me mejoraste, fuimos a conciertos de música clásica, me pusiste en claro un par de cosas de una manera tan para siempre. Recuerdo un par de obras.
Es un relajo escuchar de nuevo los programas deportivos y fruncir el ceño.
Fruncir el ceño me lleva siempre a mi padre, a su burla.
Me encanta su burla.
Hay gente extremadamente circunspecta que se toma a sí misma por loca divertida, no caigamos en eso!
No hay mucho más, dejamos ejercicios espirituales en los que no tenemos disciplina.
Es mejor usar ropa blanca para evitar manchas al lavarse los dientes.
Pero es vergonzoso usar ropa blanca en la calle.
Trato que mis pantalones blancos se pongan cafés lo más pronto posible.
Eso también es vergonzoso, como muchas otras cosas, palabras y más palabras.
Voy a ir al estadio. Quiero ver a los viejos gritando, sin saber sus vidas, quiero ver a los grandes viejos gritando sin pedir nada, voy a gritar con ellos, voy a ceder asientos como ellos, volveré clásicamente desconsolado.
La culpa es de los empresarios dirigentes, eso lo voy a gritar siempre.
(Escrito hace dos meses)
Veo mi alma de nuevo, nunca pensé hablar de estas cosas, no creo en el fin de nada.
Uno siempre quiere seguir escribiendo, el silencio nos acecha, pero no le creemos.
Uno siempre quiere seguir telefoneando sin ningún estilo, odiando los teléfonos, las fichas e internet.
Galletas con pulpa de membrillo, sálvennos, oh.
Tengo de nuevo veinte años, diecinueve, estoy perdido y parlanchín y lleno de esperanza insolente.
Voy a tomarme un par de cervezas para empezar, es bueno romper todas las previsiones.
Daría cualquier cosa por ser dulce, pero nunca podré.
Nina Simone, sálvanos a todos.
La vida ha sido buena, pero lo más impresionante es no estar a la altura de la grandeza tan anhelada de hoy.
El más grande regalo, oh inmenso momento, oh destino dulce, oh destino suave, oh conducción interior, calles forjando la circunstancia central de mi vida.
Lo mejor sería encontrar un trabajo y dejar de especular.
Los recorridos me hicieron, estoy satisfecho de eso.
Todo podría estar peor. Miro por la ventana una vez más, oh agradable compañía.
Estaría muerto en otro lugar, estaría muerto rodeado de otra gente, muerto biológicamente, bah.
Contenido neto de 300 gramos: apiádate de esta salinidad, ja.
No me importa qué se diga sobre el sistema de transporte de la ciudad.
Sé donde estoy y esa es la base de todo, hace cuánto que no veo el Mar?
Quizás debería visitar Caleta Papagayo o El Burrito, pero una vez ahí me desvanecería en ruindades, en filigranas, en Yoísmos.
No quiero reencontrar a nadie, nunca había sentido eso antes. Quiero perderme en esta nueva vida con un estilo de gracia y perdición, tú sabrás en qué estoy, qué cara tengo, qué cosas locas y fomes diré, nada, no importa, y está bien.
Es pesado. Ya no fui un borracho, pero sí un bebedor y un comedor. Es más caro y un poco más elegante, vano.
Ya casi ni puedo entender lo que oigo. Es por eso que no quiero hablar más. Tú me mejoraste, fuimos a conciertos de música clásica, me pusiste en claro un par de cosas de una manera tan para siempre. Recuerdo un par de obras.
Es un relajo escuchar de nuevo los programas deportivos y fruncir el ceño.
Fruncir el ceño me lleva siempre a mi padre, a su burla.
Me encanta su burla.
Hay gente extremadamente circunspecta que se toma a sí misma por loca divertida, no caigamos en eso!
No hay mucho más, dejamos ejercicios espirituales en los que no tenemos disciplina.
Es mejor usar ropa blanca para evitar manchas al lavarse los dientes.
Pero es vergonzoso usar ropa blanca en la calle.
Trato que mis pantalones blancos se pongan cafés lo más pronto posible.
Eso también es vergonzoso, como muchas otras cosas, palabras y más palabras.
Voy a ir al estadio. Quiero ver a los viejos gritando, sin saber sus vidas, quiero ver a los grandes viejos gritando sin pedir nada, voy a gritar con ellos, voy a ceder asientos como ellos, volveré clásicamente desconsolado.
La culpa es de los empresarios dirigentes, eso lo voy a gritar siempre.
(Escrito hace dos meses)
lunes, 6 de diciembre de 2010
Es de noche y voy a parar, da lo mismo
Es de noche, cayó la noche, ya no puedo escribir tan rápido, mi sistema va regularizándose, asunto que me alegra un poco.
Los aposentos siento que tienen tu dulzor en este momento, con esta luz, los audífonos sobre la mesa.
No hay historia, esto es tras las historias, tras los divertimentos.
Si no siento esta noche, los árboles no entrarán en mis sueños.
Los afiches del teatro son gratis, los conciertos caros.
Volver es un síndrome de la humanidad.
A la mañana siguiente no creo que sea sofisticación inadmisible exprimir naranjas.
Los objetos se han mantenido en sus posiciones, dormir de corrido da esa ilusión.
Has limpiado toda la casa mientras yo volvía lentamente.
Tu tranquilidad es La Tranquilidad. Todo lo que necesitamos es la visión de la ciudad.
La salida más fácil es la tecnología. Mejor tender la ropa, tararear cositas.
Sería bueno ser fumador en estos momentos, es cómodo y hay que gastar harto tiempo, comprar los cigarros, encenderlos, lavarse las manos, largo todo eso.
Luego también se puede hablar un poquito con el vendedor, excusas.
La gente se cambia de casa, vende la casa de sus padres y tiene un poco de dinero, restaurantes.
Vanidades, hay que elegir las vanidades propias.
La desesperación es aleatoria. Ya no quiero mirar más los árboles, al menos no por hoy.
De alguna manera se sabrá el punto de desviación, no he aprendido nada.
Lo que necesitamos es no salir nunca más de esta ciudad.
Nunca cambiarás de nombre en mi corazón, siempre das vuelta mi violencia.
Tengo un corazón. Puede provocar risa, pero es verdad.
Hablar de ti es suplementario, la prensa internacional es peor que la del país.
Tengo que seguir pronunciando frases y haciendo gestos para que los órganos no mueran o se atrofien.
Nadie me creería mis peores actos. La neblina es real en el Cerro, la veo desde aquí, está ahí, ocho veinte de la mañana.
Tantos kilómetros para terminar diciendo estas cosas, mezclando lo que nunca quise mezclar, descontrolando el bello orden generador. Yo lo había probado, era bueno seguir escribiendo de la otra manera, no desparramarse, nunca me gustó esto, y aquí estoy jugando, bagatelas lastimosas.
Voy a parar aquí. Sí, parar, esta es la última palabra.
Es de noche, cayó la noche, ya no puedo escribir tan rápido, mi sistema va regularizándose, asunto que me alegra un poco.
Los aposentos siento que tienen tu dulzor en este momento, con esta luz, los audífonos sobre la mesa.
No hay historia, esto es tras las historias, tras los divertimentos.
Si no siento esta noche, los árboles no entrarán en mis sueños.
Los afiches del teatro son gratis, los conciertos caros.
Volver es un síndrome de la humanidad.
A la mañana siguiente no creo que sea sofisticación inadmisible exprimir naranjas.
Los objetos se han mantenido en sus posiciones, dormir de corrido da esa ilusión.
Has limpiado toda la casa mientras yo volvía lentamente.
Tu tranquilidad es La Tranquilidad. Todo lo que necesitamos es la visión de la ciudad.
La salida más fácil es la tecnología. Mejor tender la ropa, tararear cositas.
Sería bueno ser fumador en estos momentos, es cómodo y hay que gastar harto tiempo, comprar los cigarros, encenderlos, lavarse las manos, largo todo eso.
Luego también se puede hablar un poquito con el vendedor, excusas.
La gente se cambia de casa, vende la casa de sus padres y tiene un poco de dinero, restaurantes.
Vanidades, hay que elegir las vanidades propias.
La desesperación es aleatoria. Ya no quiero mirar más los árboles, al menos no por hoy.
De alguna manera se sabrá el punto de desviación, no he aprendido nada.
Lo que necesitamos es no salir nunca más de esta ciudad.
Nunca cambiarás de nombre en mi corazón, siempre das vuelta mi violencia.
Tengo un corazón. Puede provocar risa, pero es verdad.
Hablar de ti es suplementario, la prensa internacional es peor que la del país.
Tengo que seguir pronunciando frases y haciendo gestos para que los órganos no mueran o se atrofien.
Nadie me creería mis peores actos. La neblina es real en el Cerro, la veo desde aquí, está ahí, ocho veinte de la mañana.
Tantos kilómetros para terminar diciendo estas cosas, mezclando lo que nunca quise mezclar, descontrolando el bello orden generador. Yo lo había probado, era bueno seguir escribiendo de la otra manera, no desparramarse, nunca me gustó esto, y aquí estoy jugando, bagatelas lastimosas.
Voy a parar aquí. Sí, parar, esta es la última palabra.
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