lunes, 27 de diciembre de 2010

En esa situación





Hay incendios a lo largo de la ciudad, nunca pensé ver todo así, las sirenas son odiosas.
La historia del gato y del ratón no tiene ninguna moraleja salvo la vanidad y la idiotez.
Escondites, persecuciones, remordimientos, pensamientos innumerables, bah.
Existen asuntos que al aplazarse mueren. Existen asuntos que no son asuntos, que son todo, no sé.
Hay asuntos que no pueden esquivarse. Toda huelga debería ser legal.
Se hace realidad lo que ya no es real ni aquí ni en otros continentes, es una exclusividad mundial que traspasa épocas y fulmina el cerebro de todos los grandes sabios y de las grandes sabias:
el viejecillo besa a la pequeña sorprendida, enseguida la joven mujer besa al anciano niño quien no responde completamente sintiendo mil cosas, entre las que sobresale la certeza que hay mucho tiempo más, que es mejor juntarse en una cárcel sin piscina, que hay cosas inevitables mierda, que ésta es La Ciudad.
En esa situación como en todas las transcurridas, este señor de bastón soslayable va directamente a perderse pues elige vivir, a grandes rasgos, como poeta y no como científico, se inmola.
Valiente y cobarde es quemado sin enseñanzas, sin protesta, sin lucha, sin hijos por los cuales inmolarse, vano entre los vanos, nada, nada, nada. Esa confianza viene del Diablo, de los aspectos diablillos, de un engaño viejo.
Todos somos Jokermans, aquel de la canción del Infidels.
Luego todo se esfuma, el anciano juega poker y es acariciado por mil otras mujeres, su barbilla cortante se empina en la sequedad, sólo hay una lealtad.
Todo parece muy ordenado, pero no lo es. Es chistoso llevar una polera que dice Otro comercio Es Posible.
No hay cómo llegar a la noche, no hay cómo ayudar al resto.

(Hace dos, tres meses, ja)

1 comentario:

Almendra dijo...

tengo ganas de verlos....
me voy a organizar uno de estos días.

dejo un abrazo sólo para Ulises. já
los quiero!