lunes, 16 de mayo de 2011

El estadio de piedra





Jazz personal, Teletrak personal, Bruce Springteen personal, etc.
Mientras, como en un western, puede existir quien viaja de noche hacia Puerto Saavedra, sandwichs melancólicos.
Licantén emerge, flotan videos de Depeche Mode en un vhs.
El estadio de piedra de Palestino, la escuela de fútbol de Barrabases (camiseta roja como en la historieta), viaje en tren a Linares también, revistas eróticas en los kioskos, todo en el mismo lienzo cerebral.
Un partido de la U contra Fernández Vial en el Regional vuelve y vuelve, lluvia allá, lluvia en Santiago, la alarma de gol, Raúl Díaz, el mundo un domingo.
Cantores de micro rescatan hits de Pet Shop Boys, pagan así los estudios dicen orgullosos y valientes.
Entrevistas de trabajo, pasto bajo el metro en altura, secuencias pegadas sobre el contraluz de los spots televisivos durante los 80 para meterse al ejército, aún vivo Dizzy.
Frondoso gomero, antiguos ciruelos, las casas van cambiando de dueños, pero hay casas que no se venden nunca.

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