viernes, 28 de diciembre de 2018
Como tantos buscaba un poema, creía en los poemas, me ayudaron
pero ya no, no tanto, me gusta decirlo así.
El mismo día u otro y eso sí fue significativo, el hombre nos saludó al cruzarnos en la esquina.
Luego fue hacia la línea del tren, al parecer vive por ahí; le agradecí la cortesía y dijo que no le agradeciera a él sino a Dios.
Nadie salvo él se pregunta qué hacer con los montículos de tierra
y parece conforme con los ciclos especiales de las malezas.
Cuando venga el fin de lo que sea, ese tipo de hombres hará algo, cumplirá un rol, será.
"El Mundo" es una expresión de siglos pasados, hoy suena raro decir "El Mar", el Tiempo nos da pinchazos dolorosos en los costados.
La manera en que corres es más fácil de caracterizar que la manera en que vives.
Levanta más los pies, dice el improvisado entrenador y eso influye altiro.
No puedo conectar nada más a la idea que subir y bajar una escalera es algo muy mental.
Yacer también es sexual.
viernes, 30 de noviembre de 2018
Un aparato que sigue encendido deja que sin volumen El Oficinista del Clima
penetre otro hogar, una casa, al anochecer, Santiago de Chile, a lo Poltergeist.
Su familia vive de eso, de esa intromisión, de ese hurto racional... necesita nuestro olvido.
Por otro lado, fue hoy por primera vez que pregunté por la Cerrajería que estaba en ese número, en esa calle, avenida.
La negaron y me inventé un probable secreto pacto tras ese silencio, la negativa fue demasiado vistosa.
No hay que ser observador para tener quietas emociones dignas de un detective amateur.
El escepticismo no tiene altar y cada fiel desanda lo que otro camina.
Es un asunto de grados; un elástico que se estira y vuelve, pero ¿con qué velocidad, a la vista del resto?
Y sí, es un asunto rudamente solitario.
Ola de calor anuncia, es decir los dígitos notan eso, pues su rostro no denota nada; desde su chaqueta que juzgo oculta carpetas, desde
su chaqueta pocos enarbolarían un viaje universal.
Pero le diría sólo a él que al ex regidor lo secuestraron desde esa Cerrajería a la
hora de almuerzo, aprovechando que sus compañeros habían salido, fue personal FACH.
Se lo diría con palabras escogidas, pero muy simples. Y quizás, dependiendo de las ganas, le diría: ¡Qué infamia
ir en grupo a atacar a alguien!
Que el dueño del lugar hizo la denuncia y hoy nadie sabe de la cerrajería ni de las nubes cirrus, que el final fue trágico, abominable.
Y que él y muchos más viven con eso, un par de minutos al día y es algo sombrío.
Pero no lloverá.
jueves, 25 de octubre de 2018
Lo mejor es al menos no reconocerse en lo escrito sino en el estado en que
se podría escribir, en que se pudo escribir, fuimos capaces.
El cansancio de los demás es una idea que debería dejarnos intactos, tal precios de bolsos.
Los viajes hacia el médico durante la infancia quedaron en la memoria, no la consulta misma sino el trayecto anterior.
Tampoco nada del camino posterior, el camino de ida sí.
La mejor música se acoplaría con eso.
Cuestiones individuales, impresiones en la periferia.
Hijos marcados por la cercanía paterna, mecidos por el vaivén materno, la seguridad de tener abuelos, la inconsistencia de los primos.
Hijos duros que ya notan mañana, tarde y noche.
Hijos sin retórica, pero con historia, política y clima.
E hijos de los demás, creciendo parecido, cerca siempre, regalando.
Equivocarse, pero nunca desilusionado.
Nunca defenderse, que los demás nos defiendan y si no lo hacen está muy bien, porque la cancha reglamentaria está disponible al lado del colegio,
porque los cerros son el entorno milenario, porque Mariano Puyol,
porque el apoderado haitiano saluda a todos sonriendo, porque el tiempo sigue traspasando su fuego a los cuerpos,
porque hoy pienso en Luciano Carrasco, porque la puerta no ha sido derribada,
porque la oscuridad nos permite quedarnos dormidos,
porque porque porque porque, porque sí.
viernes, 28 de septiembre de 2018
Más enciclopedias... el "enciclopedismo" decían de manera peyorativa en la universidad algunos compañeros.
Ironía tal vez recordarlo, y tontera de su parte decirlo pensaba entonces y ahora, para tener al menos sobre qué escribir esta tarde.
Dije tonteras personales, pero nunca fui con la pierna arriba pronunciando esas cositas: enciclopedismo, cuerpo docente, ontología del ser, etc, quizás me salvé y me perjudiqué.
Hoy que algunos de los hijos o de los sobrinos de los generales chilenos de los setentas y de los ochenta son rockeros sensibles de buen gusto que oímos, nada está en contra de que piense que leer te lleva a escribir.
Supongo que así hay más factores para que ocurra, me pasa estos días, ojear sin pudor esas enciclopedias.
No dejar de leer, tener un libro cerca, un libro sacado, mantenerse en forma, un poco.
Vida de la mente, sí, pero que se traspasa a los otros aspectos.
La enumeración y el muestrario deben ser traspasados de emoción, así funciona, y estar en forma anímica significa mantener la posibilidad
de escribir, de chico a grande.
Se agitan las hojas de los árboles cercanos, pero los lejanos brillan a pesar del día nublado.
Toda la vida viviendo así, sorprende lo obvio, toda la vida ya sintiendo así, qué repetición tolerante del cambio aparente e igualmente
poderoso.
Todas las tardes viendo ropa en los balcones o en los patios, salir a jugar socialmente para terminar volviendo preguntándose:
¿no todos vuelven así, no?
La importancia que le da el resto a las cosas, siempre, siempre una incógnita...
Hoy las pantallas están encendidas, y ¿para qué?
La noche empieza a caer como un manto lento, la esperaré hoy, miraré su tendencia, estará.
ps. Deberían haber hecho la broma "Odontología del Ser".
martes, 28 de agosto de 2018
Habla harto de nosotros, de la época, un poco, que las enciclopedias que antes se vendían ahora se regalen.
¿Pero qué libro tiene razón?
Envejecer sería dejar de fabricar señales, trazas, sería empezar a comprender a los
que se comportan así.
Transportar enciclopedias de una comuna a otra, un tráfico difícil, una broma ilustrada.
Y las palabras serán recortes escolares, funcionarán parecido.
Si bien vivir equivocado se atenúa si lo sabemos.
De ahí que el único reducto discutible sea el de las ideas, de ahí que haya que rastrearlas y reírse
de su eventual inexistencia.
No veas el partido sino en busca de las ideas que se mueven o que faltan.
Exigirse y exigirlas y luego saber que se prueban en la práctica, del medio-campo,
de la manera de correr, todo lo que se hace y se dejó de hacer.
Señor Entrenador: ¿qué pretende poniendo laterales cambiados?
¿No era mejor entrar con Díaz en tren de desgaste y luego meter a Henríquez, ya que usted parece
querer incluirlos?
¿Por qué poner tres delanteros si no se arma juego desde el medio?
¿No faltará un hombre en el mediocampo?
¿No era Echeverría ese hombre?
Esto no es con el partido terminado, son ideas desde hace por lo menos tres partidos.
Ideas.
Ideas sin cauces de poder, sólo ideas.
Más que un diagnóstico para el próximo campeonato, apremia este final magrísimo.
Es un final que sólo se resuelve removiendo el pasado, lo real.
martes, 31 de julio de 2018
Persistencia con uno mismo, mes actual, películas y libros de ciencia ficción.
Pero otros están viviendo de manera dramática hoy lo que nos emocionará en cinco, en diez años.
Es como pensar de niño sobre la venida tardía en miles de años de Jesús, pensando en la gente anterior a su posibilidad.
Toda la luz del pasado del universo empujó la fina luz de esta tarde, todas las películas japonesas te hacen soñar
con tus primos lejanos, quizás por eso trato de escuchar y pensar
la voz de mis hijos.
Como el mandato de un deseo, se va a quebrar un juguete porque se jugaba con él,
unas zapatillas usadas de manera suficiente y ojalá necesaria, muy necesaria.
Bocinas, no puedes vivir como si tu casa pueda ser robada.
Las tardes silentes de la infancia y las tardes esplendorosas de fútbol, oh.
Así, de nuevo, a cada rato, lo propio se reúne y se dispersa, en un continúo desdén por las
enseñanzas, sólo aminorado en los exabruptos librescos de la vida.
Pareciendo que no agregamos mucho seguimos.
El amor es menos claro de lo que profetizaban los sabios, pero es amor, y eso es más de lo
que denuncian los mezquinos.
El romanticismo es un optimismo, es un grupo aún no disuelto.
Es novela, literalmente.
En cambio, la poesía casi inexistente es una realidad que lucha contra la imposibilidad.
Es real, no hay más.
Le hablabas en el sueño a tu primo y tu prima corría peligro, despiertas un poco desolado.
Concretar acciones dentro de un sueño es bonito, hacer.
No concretar despierto es nuestra manía, una tierna continuidad.
¿Se sanan los que en sueños obran?
Aman despiertos los que no cierran sus actos, y no cerrar puede ser malentendido.
El sol que esquivamos en verano y que atesoramos en invierno
y ninguna enseñanza salvo cortes de pelo infantiles y egos humorísticos, pasto
de las pantallas, llanuras para que nadie llore y la confianza.
Confianza en la sonrisa de los cercanos y confianza en que a todas les pasa más o menos lo mismo
o mejor.
jueves, 28 de junio de 2018
Tener que ir a dejar libros a la biblioteca, casi ternura con uno mismo por llevar la vida
que presagiamos tan temprano.
No cambia la impresión al leer la prensa durante un gobierno derechista.
Una época donde mueren los que conocimos siendo niños.
Ninguna verdad, hechos.
En un tiempo de publicaciones feministas, conociendo los asesinatos bestiales y llegando a la ironía que
se utilizaría con todo.
No sacar ventaja, no sacar ventaja, no sacarla, no querer.
La tranquilidad de Descartes, el discernimiento, los abuelos de cada uno.
Y otra mañana, otra noche, y otra, y otra, todos los que mueren en los libros del historiador Beevor.
Devolver uno de sus libros y sacar otros, transportar libros, llevarlos
dentro del bolso.
domingo, 27 de mayo de 2018
Nunca estuvimos tan disparados, tampoco fuimos la última muestra de una locura difícil de criticar.
No es ese el tema, pero ¿dónde nos fuimos todos?
Antes se viajaba y no se volvía y se vivía con eso, los que se iban y los que se quedaban... la vida de las cartas.
Una edad, sin duda, en que empezamos a hacer las preguntas que habíamos leído y que ahora son las nuestras.
Y no pasamos más allá de eso, de todas esas creencias que no deberían ser más que lo que son las uñas en los dedos.
Sólo estamos listos para hablar en la desesperación.
Tan real como la luz de invierno corriéndose de casa en casa.
La poesía destruyó a los poetas, el dinero le dio al menos un sentido a los avaros.
Siempre reaparecerá un nuevo racismo, unos des-alambran y otros piensan en desalojos.
No existe eso de tener razón un viernes por la noche.
lunes, 30 de abril de 2018
Anochece de a poco si estamos mirando.
O eres místico altiro o te demoras ochenta años en serlo.
Por eso la mística no se le exige a nadie.
Los carnets sí, los muslos de pollo, las fumigaciones.
Fotos de la niñez que se quedaron en la casa familiar, años sin consultarlas.
Palabras que deberían conectarnos con las realidades, gente que pasó su tiempo ayudándonos.
La ropa del colegio es el afecto dispuesto a estirarse a través del horario y alcanzar a todos los que te ven pasar.
Cuando se levanta un viento fuerte y estábamos en el centro del patio.
Y los balnearios, de un día al otro vacíos.
Sensaciones, ¿no?, en el flujo humano de saber que estamos, en un bus, con zapatillas, sin hambre.
sábado, 31 de marzo de 2018
Residuos del Tiempo, ¿y qué más?
Algunos poetas, un par de locos filósofos y otros imbéciles brillantes, mujeres... lo vivieron así y fueron destruidos, se auto-destruyeron
y reviven en los minutos de idiotizados lectores de bibliotecas flotantes, húmedas.
Residuos del tiempo, ¿y para qué más?
Aunque no divierta pensar cómo vivirían estas porciones de vida en otros planetas...
Sobre todo que envejecer no sea tema... Y mejor, que no haya temas en absoluto, dejar que también
se vayan los temas.
Entonces podría quedar... releer explicaciones científicas, algunas... sí, quizás.
Entonces podríamos releer la explicación científica, es decir, escolar, del color de las cosas, del cielo por ejemplo.
El azul, celeste del cielo.
Lo que pasaría si ojeáramos tras décadas el libro de ¡Proschle!, nada, no sabemos...
Gente... que se sumergía en los cines durante días, de quienes no se exigiría una conclusión o un proyecto.
Vivían en un mundo en donde podían partir desde ahí directamente a una guerra, inventada por otros, financiada por otros.
Y esos otros no formando parte del tiempo, hoy...
Entonces podría quedar... salvar los flecos más o menos sueltos de la mente.
Como gesto del que se ahoga y se seca internamente, recuperar de golpe, de manera efímera, recuperar cada vez más un tipo de escritura laudatoria.
Y reconcentrarse siempre de nuevo en el lugar que ocupan los objetos, largo, largo, largo rato.
No sobre-proteger más ni al cuerpo ni a los animales.
Ejercitarse en adivinar la hora.
lunes, 26 de febrero de 2018
Pantalla en blanco, Woody Allen y Pet Shop Boys de nuevo.
Un Verano con Mónica, James Coburn, Kurosawa, El Persa.
Figuras de yeso, Villa Portales, el estadio de la Universidad Técnica del Estado (la tribuna y a la espalda la Norte-Sur).
Taxis, maletas, los hijos, injertos.
Las estrellas cada noche del Verano, el tema de los abuelos, uno mismo, tu emoción.
Y las voces de los demás, renovándose.
domingo, 21 de enero de 2018
Cuesta imaginar vidas saturadas de política o flores. Aunque no nos carcajeamos cuando
el profesor dijo que había que volver a los griegos.
Lo tomamos como una frase cualquiera.
Mentalmente, no tener metas te lleva a no tener que deducir conclusiones.
Nos quedamos en el inicio de los discursos y sólo vía la emoción seguimos el hilo de alguien.
Finalmente se cumplió también de nuevo eso de no tener filosofía a ser comunicada.
Pero sí notamos que hoy vendían casas rodantes al final del Persa.
Sonreímos, escuchamos inmóviles los valores, la procedencia de las bellas máquinas, un país lejano donde tenemos familia y así,
otras ideas magras, dispersión.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)